El escritor Eduardo Lalo, lamentó el hecho de que aunque es una ciudad universitaria, Mayagüez carezca de librerías, como en los años 70 y 80, donde estudiantes y profesores frecuentaban los establecimientos de libros en las calles Post y en el centro comercial Mayagüez Mall.

Lalo indicó que en su viaje por el Oeste, en una línea imaginaria de Guánica a San Sebastián, solo encontró una librería, precariamente en la plaza pública de la ciudad pepiniana.

“Hace una semana estaba en Mayagüez, en el recinto de la Universidad de Puerto Rico a dar una conferencia, y pregunto por las librerías y me dicen que en una ciudad universitaria con un campus importante, en esa ciudad no hay en este momento una sola librería”, expresó Lalo.

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“No es solo que no existe en Mayagüez, sino que en todo el Oeste de Puerto Rico, salvo una pequeña librería que hay en la plaza de San Sebastián, no hay una sola librería hasta Ponce, o hasta San Juan, y eso es un síntomas de profunda pobreza en un país donde las prioridades están patas arriba”, agregó.

Y es que los proyectos de librerías culturales escasean aunque las librerías almacenes de libros de textos para academias, colegios y universidades tienen presencia regional.

Lalo, ganador del Premio Rómulo Gallegos de 2013 por su novela Simone, hizo el comentario durante la presentación de su libro Intemperie, una colección de ensayos sobre reflexiones como caminante de la ciudad, habito y placer, que se combinan con el pensamiento.

El autor de “La isla silente”, “Los pies de San Juan”, “La inutilidad”, “donde”, “Los países invisibles” y “El deseo del lápiz”, que también ha dirigido dos mediometrajes: “donde” y “La ciudad perdida”, precisó que luego de obtener el premio Rómulo Gallegos, se esperaba que siguiera produciendo novelas, pero no aspira a ser un fisiculturista del libro, sino un artista que comparte sus reflexiones y preocupaciones.

Intemperie le tomó unos 7 años entre la redacción, la corrección, edición y pulir el texto que se pensó inicialmente como una reflexión gráfica a través de su caminar por la avenida Juan Ponce de León, en San Juan, hasta el Viejo San Juan, con fotos cada 100 metros, pero el proyecto evolucionó por la falta de rigurosidad en la contabilidad de los pasos para captar las imágenes.

La colección de ensayos está dividida en dos partes, Intemperie y Tinta, donde recoge textos sobre Descreer/Desescritura, Cuerpo/Mundo, Geografías, y otros donde la poética, las imágenes y pensamientos donde lo occidental se ha venido abajo en el Caribe.