Nueva York.- Laurence Lallier se deslizó cuidadosamente entre dos mujeres desnudas paradas frente a frente en un angosta entrada en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA, según sus siglas en inglés).

"No quería pisarles los pies", dijo Lallier, un estudiante de Montreal. "A nosotros nos da vergüenza y a ellas no, y ellas son las que están desnudas".

Cuando la artista Marina Abramovic y su entonces compañera Ulay interpretaron por primera vez la pieza titulada "Imponderabilia" en Bolonia, Italia en 1977, la policía se presentó. Los agentes del orden neoyorquinos difícilmente acudan al MoMA el domingo, aunque algunos visitantes podrían optar por no atravesar los cuerpos desnudos.

En el resto de la exhibición dos personas vestidas se tocan las yemas de los dedos, otras dos se sientan espalda con espalda con el cabello entrelazado y una mujer desnuda se recuesta con un esqueleto (de utilería) encima de ella. Las intérpretes, que reconstruyen piezas originadas por Abramovic sola o con Ulay, permanecen inmóviles como estatuas.

"Es fantástico ver a alguien desnudo pero no de un modo sexual", dijo Steven Crossot de Filadelfia, viendo el esqueleto subir y bajar con la respiración de la mujer. "Ni siquiera se siente voyerista. Se siente como si estuvieras viendo una pieza renacentista, pero en vivo".

Abramovic, nacida hace 63 años en Yugoslavia, es una gran dama de las artes dramáticas que ha excedido los límites de la resistencia física desde finales de los años 60.

Frente al público, ha tomado medicamentos que la han hecho perder el conocimiento y se ha acuchillado la mano izquierda en repetidas ocasiones.

Pantallas de video en el MoMA muestran otras piezas que no pudieron reconstruirse, como "La Gran Muralla" de 1988, en la que Abramovic y Ulay comenzaron a lados opuestos de la Gran Muralla de China y caminaron por tres meses hasta que se encontraron a medio camino. La pareja entonces terminó su colaboración artística y personal.

La muestra en el museo neoyorquino estará abierta hasta el 31 de mayo.