Hablar de las huellas que deja el cáncer de seno en un paciente, de por sí, se convierte en una experiencia que conlleva cargas emocionales para quien, de forma directa o indirecta, ha recibido el impacto de la enfermedad.  

En el drama teatral Soy más que un par de tetas, de César Paredes, se recrean muchas de las caras de quien atraviesa por esta experiencia, desde aquel que  recibe la noticia del diagnóstico, hasta quien sufre las secuelas por verlo manifestado en un ser querido. 

La puesta en escena en el Teatro Tapia, en San Juan, tuvo el acierto de intercalar de vez en cuando líneas que arrancaron risas en el público para romper con la atmósfera de pesadumbre y desaliento características del tema, sin caer en los sermones. 

Normando Valentín, Milly Méndez, Saudy Rivera, Sonia Valentín  y Yizette Cifredo fueron los responsables de llevar con sus personajes, a través de elocuentes monólogos, los traumas de la enfermedad. La angustia de recibir la noticia del diagnóstico, la batalla contra la muerte, el sufrimiento de los efectos secundarios por el tratamiento médico, el impacto en la familia. También, el valor de aferrarse a las ganas de luchar, de descubrir que la autovalía va más allá del aspecto físico, así como apreciar cada día con la certeza de que para nadie existe la garantía de un mañana, fueron otras de las lecciones de la obra dirigida por Lynette Salas, que precisamente se presenta en el Mes de concienciación sobre el cáncer de seno.

Allí conocemos a “Amparo” (Sonia Valentín), una orgullosa esposa y madre que relata los altibajos de la enfermedad con el apoyo de sus seres queridos. 

“Ilusión” (Yizette Cifredo), quien es tocada de forma indirecta por el diagnóstico de su madre, lleva con dulzura la empatía en el proceso y el mensaje de prevención.

La coqueta “Jazmín” (Saudy Rivera), una lesbiana quien con sus frustraciones aborda el impacto físico de la enfermedad, es uno de los de mayor carga dramática de la obra. 

La doctora “Margarita” (Milly Méndez) también presenta una historia conmovedora, que va más allá de solo ser testigo de la enfermedad como emisaria y apoyo médico de sus pacientes. 

“Jesús” (Normando Valentín) es la figura encargada de llevar el tema del diagnóstico en los hombres, y la angustia de una enfermedad “de mujeres”, como él mismo describe dentro de su proceso inicial de negación. El comunicador logró con naturalidad adentrarse en el personaje para presentar los traumas que llegan en el proceso. 

El aplauso extenso al final de la puesta en escena fue una prueba de la aprobación del público sobre la misión de la producción, que se realiza a beneficio de la Sociedad Americana Contra el Cáncer de Puerto Rico (SACCPR).

La pieza, bajo la producción general de Julio V. Núñez y Gary Homs, se repetirá  el próximo sábado y domingo en el Teatro Tapia de San Juan. El 19 de octubre se presentará en Mayagüez, y el 26 en Ponce.

Boletos a la venta en Ticket Center: 787-792-5000 y www.tcpr.com.