Antes de entrar en la valoración de la puesta en escena del musical “In the Heights” en el Coliseo de Puerto Rico, hay que decir que todo el que haya intervenido en esta, de una manera u otra, tiene que sentir orgullo por formar parte de un proyecto que evidencia una vez más el nivel de excelencia que alcanza el talento de esta tierra en lo referente a la industria del espectáculo y el entretenimiento.

Luego de ver la versión de Broadway, así como la fílmica de la laureada pieza de Lin-Manuel Miranda, lo que experimentamos en el estreno durante una de las nueve funciones confirma cuán variadas pueden ser las propuestas que surgen de este material creativo. En este caso nos enfrentamos a la producción de una obra músico teatral bordada para un público acostumbrado a ver grandes andamiajes en este recinto.

Esto es “In the Heights”, “a la Choliseo”, y podemos asegurar que difícilmente defraude a alguien.

El productor Ender Vega, quien tuvo a su cargo las presentaciones de “Hamilton” en la Isla, con todo lo que conllevó el traslado a último momento de la millonaria escenografía desde el Teatro de la UPR hasta el Centro de Bellas Artes; vio repetirse la historia al armar “In the Heights” y ver su proyecto detenido por más de un año a causa de la pandemia. Y, con la pandemia, la necesidad de mudarse de Bellas Artes al Coliseo de Puerto Rico.

Vega comprendió que las dimensiones del Coliseo requerían ajustes, y vaya que los hizo. El elenco de talentos locales de primer orden, entre cantantes, actores, bailarines y músicos, se despliega en un andamiaje de cuatro niveles, dividido en un “foso” donde está ubicada la orquesta dirigida por el maestro Ángel “Cucco” Peña, una escenografía principal que se expande y contrae, un nivel superior que aporta agilidad a los movimientos escénicos y un “cielo” a base de pantallas de alta resolución que amplifican la ambientación y el tono de cada escena. Para rematar, el diseño de luces y el sonido son simplemente impecables.

El asunto es que nada está demás. Todo opera en función de transmitir el amplio abanico de sentimientos del texto de Miranda y Quiara Hudes Alegría, sobre los sueños y sinsabores de un grupo de seres humanos que han arribado desde diversos países a un lugar llamado Washington Heights, en Nueva York. Esa diáspora juzgada y rechazada por cada uno de sus países de origen y por el que han seleccionado como nuevo destino.

El director y coreógrafo Marcos Santana obtuvo lo mejor de un elenco variado en experiencias, pero evidentemente comprometido y apasionado con su trabajo. Estos talentos del patio lo dejan todo en cada canción y número de baile.

Éktor Rivera, quien vive un momento de efervescencia brillando simultáneamente en televisión norteamericana, así como en cine y teatro nacional, se presenta nuevamente ante el público boricua después de haber protagonizado piezas musicales en Broadway (“On Your Feet”) y en Londres (“Evita”), y lo hace venciendo el reto de dar vida a un personaje que Lin-Manuel Miranda concibió para sí mismo. Éktor le imparte su estilo, su ritmo y carga con éxito con el peso del personaje de “Usnavi” que requiere actuar y bailar, y además cantar y rapear en inglés y español de manera simultánea.

Ana Isabelle llega a “In the Heights” tras protagonizar “Evita” en Florida y haber sido dirigida por Steven Spielberg en “West Side Story”. Hay que ver cómo esta artista llena el Coliseo con su voz, caracterización y energía al bailar, como “Vanessa”.

Jasond Calderón es un artista completo a la espera de una oportunidad como esta para dejar en el escenario todo lo que es capaz de ofrecer como cantante, actor y bailarín al encarnar a “Benny”.

Didi Romero es toda una cantante con un registro y una técnica encomiable que cautivó al público como “Nina”.

Pero siempre están los “showstoppers” o “showstealers” y esta producción tiene a unos cuantos que con su veteranía y talento crean un balance ante el talento joven estelar, y que arrancan aplausos y vítores del público. En este caso, se trata de Aidita Encarnación, Sara Jarque y Tony Chiroldes, como “Abuela Claudia”, “Camila” y “Kevin”, respectivamente. Encarnación puso al público de pie con su interpretación de la canción “Paciencia y fe”. Esta actriz y maestra de canto ofreció una lección de afinación, proyección e interpretación desde el escenario. Jarque bordó la compleja “Enough” para robarse por un instante el segundo acto; y Chiroldes, quien viene de formar parte del elenco original de la pieza en Broadway, deja a la audiencia sumida en el sentimiento de “Useless”.

Denise Quiñones demuestra que un personaje secundario puede ser protagonista en su momento en los números “No me diga” y “Alza la bandera”. La actriz, cantante y bailarina supo sacar su vena humorística como “Daniela”.

También merecen mención aparte Xavier Reyes (“Sonny”) y Juan Pablo Díaz (“Piragüero”), quienes se ganan la simpatía y los aplausos de la audiencia con sus caracterizaciones.

A estos se une un “ensemble” que funge de coro vocal y coreográfico compuesto por talentosos y experimentados cantantes y actores.

Un detalle atractivo de esta puesta es que por tratarse de un elenco hispanoparlante, las líneas del libreto escritas en español resaltan aún más, mientras la pronunciación del inglés está sumamente cuidada.

“In the Heights” se sigue presentando en el Coliseo de Puerto Rico hasta el 26 de septiembre. Nuestra recomendación es que no se pierda este derroche de talento boricua y esta producción que podría, y debería, llegar a Miami, Nueva York, Santo Domingo o Las Vegas.