Al igual que muchos otros boricuas, Yaniel Vargas, de 26 años, se levanta bien temprano para trabajar. Pero a él lo distingue que su futuro lo echa a rodar por la carretera de Dorado.

Este joven emprendedor desarrolló desde pequeño su talento como barbero, recortando a amigos, vecinos y compañeros de su escuela intermedia. Luego, decidió casarse y el negocio que antes tenía en casa de sus padres necesitó un nuevo hogar, por lo que puso a trabajar la imaginación.

“Yo iba en mi carro a ver a par de clientes en sus casas o negocios, y allí los recortaba”, cuenta Vargas. “Entonces, un día mi tía vio por televisión que en un país había una guagua que era una barbería, era como una pickup con la sillita atrás, e iban por todos lados... ya yo tenía algo parecido, pero pensé en inventar una guagua para no tener que bajar ningún instrumento ni nada...”, cuenta animadamente. “Un día, vendí el carro y de ahí saqué el dinero para la guagua, que es una guagua escolar de Corozal que ya no podía usarse para llevar nenes a la escuela”, explica.

Inventiva en acción

Su negocito rodante, bautizado Yaniel Barber Bus, se ha convertido en un símbolo en la carretera número 2 del barrio Espinosa de Dorado. “Estoy en un área fija, donde siempre recorto, y voy a par de negocios por el área. Cuando no hay clientes, pues los busco o ellos me llaman y yo les llego hasta allí”, explica Vargas.

Los martes y miércoles son los días más tranquilos, y desde las 8:30 a.m. hasta alrededor del mediodía, el joven barbero hace sus deliveries, como los llama: va y visita a algunos clientes a domicilio, en su mayoría envejecientes, entre ellos un colega que, ahora a sus 90 años, le hizo pasar un susto del que ahora puede reírse.

“Estaba recortando un cliente, un señor bien mayor, que también era barbero cuando joven. Lo recorté completo y me dijo que le cortara los pelitos que tenía de más en las cejas, en los bigotes, las orejitas... entonces, cuando le fui a recortar los pelitos de la nariz, parece que lo toqué con la punta y pegó tremendo brinco, y me dijo que si le iba a cortar la nariz”, ríe Vargas. “Me sorprendió, pero la verdad es que me reí mucho”, asegura.

Progreso sin descanso

Vargas trabaja sin descanso, en particular los jueves, viernes y sábado, cuando puede atender, él solo, hasta 25 personas al día. “Tengo un televisor y un DVD para entretenerlos, y aire acondicionado, además de la silla, el espejo y los instrumentos”, señala. “Es como una barbería común y corriente, y dentro de la guagua caben como cuatro sentados, más el que se recorta, y yo. Si vienen más, tengo una cortina fuera de la guagua y pongo sillas, para que esperen”, explica.

Ahora, con el nacimiento de su primera hija, Yanielis, la semana pasada, el joven barbero mira hacia el futuro. “Si Dios lo permite, y me sigue yendo bien, quiero una guagua más grande, porque a veces no cabemos todos... y si va bien, pues poner otro barbero, para estar más tranquilo”, concluye.

Para hacer citas con Yaniel Vargas, en el área de Dorado, llama al 787-903-0146