Un grupo de niñas, niños y adolescentes que han conseguido escribir y publicar sus libros gracias a su participación en el proyecto de la Comunidad de Niños Autores (CÑA) quiere compartir esas historias con el resto de la gente y para eso están llevando a cabo una serie de sesiones mensuales de lectura comunitaria en diversos espacios público de San Juan.

La próxima de esas sesiones, indicó la fundadora y directora de CÑA, la escritora de literatura infantil Kathia Alsina, tendrá lugar el próximo domingo 14 de diciembre en el Parque San Francisco, en el Viejo San Juan, a las 2:30 p.m.

Quienes participen de esta iniciativa tendrán la oportunidad de escuchar las historias y compartir con protagonistas de este programa de autores de tan corta edad, como Gibrán Dávila, Victoria Pizarro e Isabella Dahlen.

Isabella Dahlen, Victoria Pizarro y Gibrán Dávila participarán este domingo en la sesión mensual de lectura de la Comunidad de Niños Autores, en el parque San Francisco del Viejo San Juan.
Isabella Dahlen, Victoria Pizarro y Gibrán Dávila participarán este domingo en la sesión mensual de lectura de la Comunidad de Niños Autores, en el parque San Francisco del Viejo San Juan. (Carlos Rivera Giusti)

Gibrán es un adolescente al que le gusta escribir y además le apasionan los libros de historietas, así que no es sorpresa que el libro que creó, “Ninja Chicken”, sea precisamente un cómic.

“A mí desde una edad bien chiquita me encanta escribir, imaginar crear mis propios cuentos. Y cuando llegué a séptimo grado, tenía ya los 12 o 13 (años), una noche estoy bien aburrido, me acosté en la cama, y me vino la idea de hacer un cómic chiquito, una bobería. Y después me salió la idea de hacer Ninja Chicken”, comentó.

Explicó, sin entrar en mayores detalles, que la historia del cómic “se trata de un general, bueno, un granjero que era un general, que se cansa de las boberías de las gallinas y quiere que aprendan el arte marcial para que se disciplinen y tengan control”.

Gibrán elogió su experiencia en el proyecto de Comunidad de Niños Autores, catalogándolo de “una buena idea para unos niños que quieran aprender cómo escribir un libro propio si tienen la creatividad, la imaginación. Y eso yo lo respeto, me encanta la idea”.

Agregó que el club le ha ayudado mucho en el proceso de crear el libro.

“Antes la edición y todo eso era bien difícil al principio. Pero con este club, Kathia me ayudó mucho”, aseguró.

Y sobre la iniciativa de lectura comunitaria, destacó que “a mí me encanta escribir mucho los libros, y quiero que la gente sepa de lo que yo creo. Estoy aquí ahora mismo dando mis ideas. Es algo en general, para los que quieran aprender más, si están interesados en este club, pueden venir”.

En tanto, las niñas Victoria e Isabella, quienes se expresan con una claridad inusual para su corta edad, indicaron que crearon historias inspiradas en animales.

En el caso de Victoria, su libro, “El cacareo de Canela”, “se trata de humor y amistad con las gallinas y los perros”.

“Cuando era chiquitica, me gustaba mucho leer y escribir. Y pues mi mamá me dijo que había una mentora para hacer libros, y a mí me dio… quise escribir un libro, y lo escribí. Como en mi casa siempre crié animales quise escribir de mis animales”, comentó la niña, que tiene “como doce mascotas”, incluyendo lagartijos, gallinas, pollitos, pájaros, una perrita y una cotorra.

Victoria alabó su experiencia en el club CÑA, indicando que “a mí me gusta pintar con acuarela y pastel, y por eso me encanta estar acá”.

Sobre la actividad de lectura comunitaria, expresó que lo hace “para que las personas aprendan a leer, y que los niños aprendan que los animales se tienen que adorar y tratarlos bien, y también cuáles son venenosos”.

“Canela quiere que todos los niños lean, para que lean en sus tiempos libres”, afirmó.

Isabella, mientras, indicó que su libro, “Aventuras de Nico”, tiene como protagonista a un ratón, y “se trata de compartir”.

“Mi mamá había escrito un libro, y pues yo quise escribir un libro cuando era chiquita, y como tengo un gato que ama comerse los lagartijos, pues por eso quise hacerlo de eso”, explicó sobre la fuente de inspiración para la historia sobre compartir el alimento.

Con relación a club CÑA, aseguró que “a mí me gusta mucho. Pintamos y escribimos y nos divertimos mucho”.

Por último, sobre su participación en la actividad de lectura comunitaria, indicó que “me gusta que la gente lea historias. Y quiero compartir mi libro para que la gente lo lea y lo comparta”.

“Así que (los exhortamos a) que vengan a escucharnos y que lo lean”, invitó.

Por su parte, Alsina sostuvo que las sesiones de lecturas comunitarias, son una oportunidad para que los participantes de CÑA compartan su trabajo y experiencias con la gente, y de paso el público infantil y adolescente pueda descubrir que es posible lograr el sueño de publicar un libro.

Según explicó, “la Comunidad de Niños Autores tiene un programa de mentoría para que los niños puedan venir a desarrollar sus ideas, escribirlas, luego pasamos a las ilustraciones, y finalmente se publican”.

Actualmente tienen 14 niños y niñas que han logrado publicar sus libros, y un total de 15 libros publicados a través de la mentoría.

“La CÑA también se da a la tarea de llevarlos a diferentes actividades, como la que vamos a estar haciendo el 14 de diciembre, que es donde venimos a leer al parque uno de los cuentos. El cuento es ‘Navidad es creer’, que es de otra de las niñas autoras, Daniaris Santiago”, comentó.

Explicó que, además de escribir su cuento, “los niños tienen que pasar por el proceso de ilustración. Ellos mismos son los que dibujan sus dibujos, los pintan, y luego yo paso por el proceso del diseño del libro, incluyendo el diseño de la portada”.

“Ellos mismos son los que promocionan los libros en las mesas de eventos. Por ejemplo, hemos estado en Plaza Carolina, el próximo evento va a ser en Plaza Las Américas, el año que viene vamos a estar en la feria del libro internacional de Caguas, vamos también a estar en el Comic Con. O sea, que hay diferentes eventos en donde ellos realmente están trabajando y promocionando no solamente sus libros, sino los de todos los compañeros”, agregó.

Con la iniciativa de las lecturas comunitarias, explicó Alsina, buscan que los niños y niñas del programa “se expongan, porque ellos son los líderes de esta generación, pero también que vean otros niños que ya no tienen que esperar a ser adultos para crear su libro y tener esa oportunidad y esos sueños que tienen”.

“Por ejemplo, en el caso de Gibrán, él desde que estaba en segundo o tercer grado siempre le estaba diciendo a sus papás que quería escribir un libro, pero no fue hasta sus 13 años que logró llegar a esta iniciativa. En el caso de Isabella y Victoria pues creo que desde que estaban en la barriga querían escribir un libro. Isabella lo logró a los 6 años, Victoria a los 7. O sea, que cada vez niños más pequeños lo están logrando”, expresó.

Abundó que para ese proceso de crear el libro, durante un año los niños trabajan en sus cuentos e ilustraciones.

“Son libros muy completos. No solamente tienen el cuento. Tienen actividades, juegos creativos que ellos mismos diseñan, y de esa forma aprenden a pensar fuera de la caja, a mantener un pensamiento divergente. Tienen que aprender a escuchar lo que ellos quieren decir y cómo decirlo de una forma que un tercero lo pueda entender. Así que se aprende a pensar desde un punto puramente orgánico”, sostuvo.

Sobre el desafío que supone que la gente retome la práctica de leer libros físicos en estos tiempos dominados por artefactos electrónicos, la autora comentó que “sigue habiendo… especialmente los padres jóvenes, están conscientes de que como ellos a lo mejor no fueron lectores, pasaron por muchos trabajos, y están conscientes de empezar a crearle (a sus hijos) esa consciencia y ese amor por la lectura desde tempranas edades”.

En cualquier caso, agregó, en el taller que dirige, “no se trabaja nada con electrónicos”. En contraste, se trata de un espacio “lleno con libros, con materiales de arte, todo es puramente para estimular al cerebro”.

“El cerebro se estimula a través de la lectura, de la escritura manual. Si tú logras tener esas dos herramientas, tanto la escritura como la lectura, a nivel manual, vamos a tener niños que van a ser líderes y que van a saber pensar y van a poder usar esas máquinas que van a venir, la inteligencia artificial y otras máquinas más que nosotros no estamos conscientes. Pues eso, todo eso, lo va a poder dirigir esta generación”, auguró.

En otras palabras, insistió, “para eso es que estoy trabajando, para que esta generación tenga las herramientas suficientes, y no solamente a nivel intelectual, sino también a nivel social, para que ellos puedan desarrollarse como líderes holísticos, completos, en todos los sentidos de la palabra, para que ellos puedan dirigir a las próximas generaciones que todavía no han nacido, pero están a punto de nacer”.

Las personas interesadas en conocer más sobre este proyecto pueden visitar su página de Instagram, en @comunidadninosautores. También se pueden comunicar con Alsina al 787-610-5433, o visitar directamente el proyecto, cuya sede está en la carretera PR-2 en Toa Baja.

La autora agregó que el único requisito para que un niño o niña pueda unirse al programa es “que los niños tienen que saber leer y escribir en oraciones completas”.