El humor y los dilemas existenciales y amorosos se entrelazaron con la sensualidad en el musical "Burlesque Boricua", que estrenó el sábado en la Sala Sinfónica del Centro de Bellas Artes de San Juan.

El elenco compuesto por Nashalí Enchautegui, Juliana Ortiz, Gredmarie Colón, Nicole Chacón, Patricia Corcino, Michelle Brava y Junior Álvarez logró cautivar con su picardía al público presente, quien a lo largo de la función, que se dividió en dos actos, aprobó con risas y continuos aplausos las vivencias en el burdel.

La trama despunta cuando la estrella del "Burlesque Boricua", “Engel” (Nashalí Enchautegui), decide renunciar para cumplir un sueño, lo que trastoca la armonía del cabaret y lleva a que sus compañeras se interesen en ocupar su lugar y ser la nueva diva. La decisión también impacta al encargado del club nocturno, el gigolo apodado “Macharrán” (Junior Álvarez).

La pieza teatral dirigida por Waddys Jáquez presentó una escenografía sencilla pero con los elementos precisos para cumplir con su propósito de plasmar el ambiente.

Hubo espacio para que cada actriz se luciera en solitario a través de monólogos, que sirvieron para conocer más de cerca los altibajos de los personajes interesados en mostrar mucho más que un cuerpo semidesnudo. Sin embargo, en varias ocasiones, a nivel técnico, hubo problemas con el micrófono  para escuchar a la artista al comenzar un diálogo.

Aunque muchas de sus líneas estaban cargadas de comentarios machistas, típicas del personaje, cabe destacar que Álvarez deslumbró con su espontaneidad y soltura. Incluso, su monólogo fue el que arrancó más risas.

El repertorio musical de la obra, inspirada en el filme "Burlesque" (2010), fue variado e integró ritmos tropicales con baladas y rap, género que sirvió para ayudar a las que cantar no es su fuerte, como fue en el caso de Patricia Corcino (“Rita Puñal”) y Juliana Ortiz ("Lucy Bombom").  De hecho, la calidad vocal recayó en la veterana Michelle Brava ("Carmen La Carmen"), lo que no es casual en vista de su trayectoria como cantante. Nashalí también proyectó buen dominio de su voz.

Las coreografías se basaron, principalmente, en movimientos sensuales, dejando a un lado el reto de bailes más dinámicos.

El sensual vestuario, como era de esperar, fue uno de los protagonistas de la pieza teatral, que destacó las siluetas de las actrices con ajustados corsés y llamativos vestidos.

La interacción con el público se dio continuamente como parte de la trama, incluyendo la integración del salsero Gilberto Santa Rosa, quien estaba como espectador y se mostró sorprendido cuando llamaron su nombre para formar parte, de modo fugaz, de una de las escenas.

Para los interesados en la oportunidad de presenciar lo que acontece en el cabaret, la Producción adelantó que próximamente se anunciarán las fechas de nuevas funciones.