Los artistas, sin ser malabaristas ni tener todos la habilidad del trabajo manual o artesanal, dedican mucho de su tiempo a hacer maniobras para poder sostenerse económicamente dentro de un País donde su ingreso promedio anual se estima en $16,000, según datos del Centro de Economía Creativa (CEC).

Como un primer paso a brindarle una estabilidad económica al sector artístico, que tanta labor regala en momentos de crisis como han sido para Puerto Rico los huracanes del 2017, los terremotos del 2020 y la reciente pandemia, Mellon Foundation y el mismo CEC se han unido en una iniciativa única, que les permitirá ofrecer salarios, plan médico, beneficios marginales y otros apoyos administrativos a 25 organizaciones relacionadas a las artes, impactando a 37 artistas a través de 12 municipios. Esto está siendo posible con una inversión de $8 millones por un periodo de tres años.

El proyecto “Maniobra” es una nueva ramificación dentro de otras iniciativas que mantiene el CEC, fundado en el 2020, por Javier Hernández Acosta, actual decano de la Escuela de Artes, Diseño e Industrias Creativas de la Universidad del Sagrado Corazón. Son estas iniciativas el Nido Cultural, proyecto subvencionado también por Mellon Foundation, Fondo Flamboyán para las Artes y Filantropía Puerto Rico, el cual brinda servicios gerenciales a artistas, y a organizaciones y empresas culturales (contabilidad, planificación estratégica, mercadeo, asesoría legal...); y Lab Cultural, que es un observatorio de los proyectos de arte y cultura.

Cuando venimos analizando todos estos contextos de crisis y de desastres recurrentes, siempre analizamos que los artistas nunca detuvieron su trabajo; se mantuvieron haciendo trabajo de apoyo a la sociedad, en la primera respuesta, en el apoyo a las comunidades y todo eso se hizo independientemente de su bienestar económico y personal”

-Javier Hernández, fundador del CEC y decano de la Escuela de Artes, Diseño e Industrias Creativas de la Universidad del Sagrado Corazón

Nosotros venimos de un discurso de la economía creativa, de que la cultura también es trabajo, tiene un impacto que no necesariamente se mide en dólares y centavos, pero está el impacto social, emocional, colectivo, comunitario, de identidad, y de ahí decimos, ‘vamos a crear un proyecto donde ya le estamos dando apoyo gerencial, pues vamos a quitar del medio la precariedad económica de un grupo de artistas para que finalmente puedan crear en unas condiciones de estabilidad y de equidad, y eso requiere que tengan un buen salario, que tengan beneficios marginales, que tengan plan médico, que tengan recursos para implementar los proyectos, y de esa conversación con Mellon, se crea este proyecto”, detalló Hernández.

Cada artista u organización escogida por un comité de asesores importantes dentro de la misma comunidad artística local recibe un presupuesto anual de $48 mil (suma que se puede dividir una sola vez para quizás cubrir dos artistas en un mismo proyecto), otros $20 mil anuales para encaminar los proyectos que generen en tres años, además de plan médico y otros beneficios.

“De las 25 organizaciones, la mayoría son organizaciones de arte lideradas por artistas. Sin embargo, el proyecto también quería reconocer a organizaciones que tienen algún impacto económico y de justicia social y de impacto comunitario, y ahí están Taller Salud y Casa Pueblo como dos ejemplos de dos organizaciones que no son principalmente de arte, pero que sabemos que el rol de un artista puede contribuir a adelantar el trabajo que vienen haciendo”, apuntó el profesor de economía creativa. “El objetivo principal es estabilidad y bienestar económico para esos artistas; fortalecer la creación de nuevo trabajo artístico y darle sostenibilidad a largo plazo a esas organizaciones”, subrayó.

Brindar seguridad económica y garantía de desarrollo de los proyectos artísticos es la finalidad de esta iniciativa.
Brindar seguridad económica y garantía de desarrollo de los proyectos artísticos es la finalidad de esta iniciativa. (teresa.canino@gfrmedia.com)

La parte beneficiada

Para la artista independiente, gestora cultural y “propuestera”, Saudi Morales, este proyecto le despierta emociones profundas porque de sus 50 años de edad, ha dedicado los últimos 30 a hacer propuestas y propuestas, inventar, crear, mover fichas, para cubrir sus necesidades económicas. Ella, de haber sido invitada a ser parte del comité que escogería a los beneficiados, prefirió sumarse a las solicitudes, siendo escogida.

“Hago mil cosas para sobrevivir, y me regalé repartir todo lo que hago y estar inmersa en Taller Salud, porque entendía que el proyecto tiene una pertinencia impresionante en este momento, pero una importancia para el País, que todo país debe tener la posibilidad de tener un artista a tiempo completo. Llevo años luchando por esto”, afirmó emocionada.

Taller Salud es una organización feminista de base comunitaria dedicada a mejorar el acceso de las mujeres a la salud, reducir la violencia en entornos comunitarios y fomentar el desarrollo económico a través de la educación y el activismo. Bajo el proyecto Maniobra, Saudi Morales trabajará para la organización un documento audiovisual que compilará las historias de 10 loiceños con 100 o más años de vida.

Raysa Rodríguez, junto con Sharon González, componen el Colectivo Moriviví, dedicado desde el 2013 al muralismo colectivo y activismo. Esta expresión de arte comunitario no cuenta con muchas opciones de proyectos que los apoyen, con excepciones como una beca de la fundación Frida, por lo que ha sido cuesta arriba autosustentarse.

Ser artista es una maniobra constante”, advirtió de entrada Rodríguez, quien se inició en el colectivo junto con otras siete mujeres y actualmente lo componen dos, incluyéndola.

“Cuando comenzamos, que éramos ocho mujeres artistas siendo muy jóvenes, de 18 años, que estábamos haciendo murales, todos esos murales eran gratis. Básicamente fue por el amor al arte; era esa necesidad de darnos a conocer y nos exponíamos en diferentes festivales”, recordó. Con el tiempo el Colectivo Morivívi comenzó a integrarse con organizaciones y comunidades “para integrar los saberes de estas comunidades y convertirlo en un mural, para visibilizarles, cuestionar, transgredir o simplemente comunicar algo que estas personas sentían”.

A partir de la aportación de Maniobra, la artista y su colega contemplan establecer un espacio que les sirva de taller de trabajo. “Es poder seguir haciendo lo que hacemos, pero sin tener que hacerlo gratis, porque toda esa labor administrativa que es literalmente la columna vertebral de lo que es el proyecto, no es pagado, y son horas muertas, así que estoy bien agradecida por la oportunidad”, manifestó la muralista.

El taller de teatro multidisciplinario Agua, Soy y Sereno, representado por Cristina Vives, asimismo, entra en el grupo de organizaciones que recibirá este fondo anual, permitiéndolo encaminar una serie de proyectos, entre estos, los que celebrarían su 25 aniversario, pero que por motivos de los desastres naturales y la pandemia, se han ido posponiendo. Igualmente mantener la labor administrativa e iniciativas como el Taller de Verano y el nuevo Taller Escuela Agua, Sol y Sereno, que permitirá el intercambio de trabajo creativo constante, manteniendo los valores de pertinencia social y estética que provoquen la reflexión, indicó Vives.

De los proyectos de aniversario, uno está completado y es una exposición sobre este taller de artistas multidisciplinarios en el Museo de las Américas. También “se está editando un documental, también de trayectoria, que se comenzó filmar cuando empezó la secuencia sísmica, y la doctora María Quintero está trabajando un libro sobre la trayectoria, así que esos eran los tres componentes del 25 aniversario, que se están moviendo hacia los 30″, detalló la artista.