De acuerdo con Richard Aste, curador de la muestra, el movimiento impresionista surgió en 1874, luego de la guerra franco-prusiana, cuando 30 artistas jóvenes, cansados de lo que se estaba presentando en el Salón de París y lo que ofrecía la academia, deciden rebelarse y presentar paisajes de la vida moderna.

Lo que buscaba el impresionismo era plasmar el movimiento de la luz en los objetos y captar lo efímero del instante, con una paleta de colores limitada. Los mayores exponentes surgieron de la escuela de Barbizon, un pueblo al sur de Francia, donde se creó una colonia de artistas que pintaban al aire libre, y capturaban con su pincel momentos efímeros, como atardeceres o la forma en la que la luz iluminaba un río.

“Al momento fue un arte muy escandaloso y radical, pero ahora es tan conocido y popular que uno no puede pensar que en un momento fue revolucionario”, comenta el curador.