En 1702, la dinastía de los Borbones franceses se extendió a España. Los ingleses, ni cortos ni perezosos, se opusieron a que los Borbones tuvieran el control de dos potencias como Francia y España simultáneamente. Entonces, para evitar que Felipe de Anjou ocupara el trono español, Inglaterra le declaró la guerra a sus dos reinos vecinos. 

La Guerra de Sucesión, que se extendió desde 1700 hasta 1713, propició agresiones inglesas en el Caribe sobre las colonias francesas y españolas. Como parte de estas acciones, la isla de Puerto Rico fue “invadida” en varias ocasiones. Uno de estos sucesos, ocurrido el 5 de agosto de 1702, tuvo lugar en la costa del partido de Arecibo.

Dos embarcaciones de bandera inglesa se acercaron a la costa, mientras unos 30 o 40 ingleses alcanzaron la playa en lanchas. Un grupo de milicianos arecibeños se les enfrentó valerosamente, deteniéndolos y dándoles muerte en lo que se considera un acto de defensa “nacional”. Al mando de los milicianos puertorriqueños estaba Antonio de los Reyes Correa.

Al año siguiente, ya instalado el rey Felipe V y en reconocimiento a la heroica gesta de Correa y sus hombres, le fue conferido al pueblo el título de La Muy Leal Villa de Arecibo y, a Correa, la medalla de la Real Efigie. A partir de ese momento, Arecibo pasó a conocerse como “La Villa del Capitán Correa”.