Tras la polémica suspensión de sus shows en Las Vegas, Adele hizo un regreso con gloria días atrás cuando reapareció públicamente para los premios que destacan lo mejor de la música del Reino Unido: los Brit Awards. En la entrega, Adkins arrasó en las categorías de mejor álbum por 30, mejor canción por “Easy On Me” y mejor artista del año; además, se lució interpretando uno de los temas más aclamados de su cuarto disco, “I Drink Wine”.

Como ya lo había adelantado en un posteo en Instagram, la cantante también se presentó en el programa de Graham Norton, donde aclaró por qué decidió suspender la residencia de Las Vegas, Weekends with Adele, e hizo dos confesiones vinculadas a su vida privada: dejó entrever que está comprometida con su novio Rich Paul y se explayó sobre su deseo de ser madre el año próximo.

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“La residencia en Las Vegas la haremos definitivamente este año porque quiero tener un hijo el año que viene”, contó, sorprendiendo al anfitrión y al resto de los invitados.

Asimismo, la artista bromeó con Norton sobre el anillo que viene luciendo desde hace varias semanas. Si bien muchos pensaron que éste había sido elegido solo para la red carpet de los Brit Awards, los días pasaron y Adele continuó usándolo. El conductor lo notó y le preguntó al respecto.

“No sé si yo diría si estoy o no comprometida”, manifestó Adele entre risas.

“Como observador casual, puedo decirte que parece que sí, que lo estás”, le retrucó Norton. “Bueno, ¡Está bien!”, dijo la cantante mientras las cámaras mostraban un plano detalle del anillo que le habría dado el manager de la NBA.

En cuanto a la residencia, no solo confirmó que se realizará en 2022 sino que además decidió profundizar en el motivo que la llevó a suspenderla un día antes del inicio, lo que enojó a sus fans.

“Ahora estamos trabajando mucho, pero no quiero anunciar fechas hasta que sepa que definitivamente que todo estará listo. Cuanto antes pueda anunciarlo, mejor, pero no puedo hacerlo en caso de que no estemos listos a tiempo”, explicó, y añadió que no quería dar un show modesto sino acorde al estilo de las residencias que tienen lugar en la ciudad.

Por otro lado, Adele compartió que volverá a hacer lo que lleva a cabo habitualmente: después de dar los shows para promocionar su disco, desaparecerá por un tiempo. “Definitivamente lo haré, pero estoy tratando de hacer un esfuerzo consciente para dejar de ser tan racional con mi privacidad, pero también estoy tratando de no tener dos versiones completamente diferentes de mí misma, es agotador encender y apagar. Es posible que me vean, pero de vez en cuando, me gustaría recargar energías y tener más hijos”, ratificó la mamá de Angelo, fruto de su matrimonio con su ex, Simon Konecki.

Semanas atrás, la cantante anunció en una publicación de Instagram que se iba a presentar en los Brit Awards. Además, desmintió estar en crisis con Rich Paul, al concluir su posteo con la frase “Rich les manda su amor”.

La publicación estuvo acompañada por una foto de una Adele sonriente, que fue el detonante para que sus fans se expresen con vehemencia. “¿Cuándo vas a reprogramar los shows en Las Vegas?”, “Necesitamos nuestro dinero”, “¿Por qué no podés hacer un anuncio sobre Las Vegas?”, “Vas a un show donde te van a premiar pero no podés ir a uno para tus fans”, fueron tan solo algunos de los cientos de reclamos que recibió la estrella británica.

El enojo surgió porque Adele pospuso los shows y no los canceló, y eso implica que quienes compraron sus entradas deberán aguardar la reprogramación de la residencia. Hasta que la cantante no anuncie las nuevas fechas, el dinero no les será devuelto. Debido al cambio de planes, será Keith Urban quien todos los fines de semana de marzo y abril reemplace a Adele, lo cual pone en tela de juicio que la intérprete reprograme sus shows en el corto plazo.

Si bien allegados a la cantante aseguraron que estaba en conflicto con su novio por lo que no se abocó de lleno a la preparación de sus shows, también trascendió que la estrella “tuvo un ataque de pánico” y protagonizó “una explosiva discusión” con Esmeralda Devlin, la diseñadora de producción de sus conciertos.

“A pesar de que costó millones armar el set, Adele no estaba contenta con el resultado y se lo dejó bien claro a Esmeralda”, dijo una fuente cercana al equipo. “Ella ya estaba nerviosa, y la pelea la hizo entrar en pánico, porque estaba desesperada para que todo fuera perfecto”.