Hace alrededor de cinco años, Alba Reyes decidió que no intentaría ser mamá otra vez. La pérdida de su primogénita Arietty a las 28 semanas de nacida por una condición genética y poco después la muerte violenta de su madre Elena Santos en el 2016, la convencieron de que la maternidad ya no sería para ella.

Temió por las complicaciones que pudieran surgir por la edad y prefirió distanciarse de la posibilidad.

“Después dije que si alguna vez tenía hijos, iba a ser subrogado o por adopción, para evitar tener un embarazo y pasar por lo mismo. Eran muchas las razones”, compartió.

La vida tenía otro plan. Quedó embarazada y este sábado se cumple un mes del nacimiento de Noah Ryan Alexander Coyne Reyes, un hermoso bebé que la mantiene ocupada a tiempo completo entre la lactancia, canciones de cuna y meneítos para dormirlo.

“No lo estaba buscando, ni lo estaba esperando, fue una sorpresita”, comentó con una carcajada. “Al principio estaba en shock, aún al final me miraba la barriga y decía, ‘Dios mío, estoy embarazada’. Todos los meses como que lo celebraba y veía los sonogramas y me emocionaba, pero todavía estaba en shock. Todavía me pasa. Lo miro y digo, ‘Dios mío, es mío, tengo un bebé y no me lo creo’”.

La exreina de belleza celebra el Día de las Madres junto a su pequeño Noah Ryan Alexander.

El momento del parto le generaba estrés. Alba dio a luz a su hija Arietty consciente de que podía perderla en cuestión de horas o días, porque la condición genética que tenía no era compatible con la vida. Esa memoria se hizo presente en este segundo embarazo y cuando tuvo a su bebé en su pecho, no pudo más que desahogarse llorando.

“Lo veo y lloro de nuevo, porque no sabía qué esperar, porque la otra vez que di a luz, esperaba un bebé sin vida en mis manos. Fue la peor experiencia de mi vida, además de lo de mami, entonces que de repente me den este bebé, que está llorando y gritando, yo no podía parar de llorar, era un llanto que no podía contener, pero era de felicidad, de alivio, de incredulidad”, compartió.

La exreina de belleza tuvo la opción de haber terminado el primer embarazo ante el pronóstico médico, no obstante, prefirió continuarlo. Después de 16 años lo recuerda y agradece haber tenido esa alternativa, algo que en la actualidad se discute ante la medida legislativa que prohibiría los abortos a partir de las 22 semanas.

“Por muchas razones no pude terminar el embarazo. No porque no piense que no era una opción o porque critique a quien decida hacerlo, porque de verdad emocionalmente pienso que quizás era la opción correcta o la mejor alternativa. Pero en mi caso, escuché el latido del corazón de mi bebé y dije, ‘si es algo que va a pasar, porque tiene que pasar, está bien, pero no quiero ser quien tome la decisión’. Sí lo pensé y sí agradezco haber tenido la opción”, expuso.

Noah Ryan Alexander pasa las horas en pecho de su mamá, sea lactando o durmiendo. Ella, aún cuando se le escucha que no ha tenido descanso, no deja de reír. El agradecimiento es profundo, porque aunque el alumbramiento se dio bien, al otro día de nacido el bebé, le subió la bilirrubina, le bajó el azúcar y dio señalas de una infección que sospecharon podía ser una sepsis.

Tuvo un par de días tratando de sobrellevar el miedo y a la vez el instinto materno que la movía a proteger a su hijo. Pidió oraciones por la salud de su bebé y decidió bautizarlo en el hospital San Lucas en Ponce, donde nació. “Yo creo que todo empezó a fluir, porque al otro día él empezó a mejorar”.

Este domingo será la primera vez en largo tiempo que tiene una motivación para celebrar.

“Lo curioso del Día de las Madres para mí es que desde que tuve a mi hija, era un día triste, porque me sentía madre, pero nadie me lo celebraba. Era una mamá que no tenía un bebé. Mi mamá siempre me felicitaba y me regalaba. Luego muere mami y ese día ha sido horrible en los últimos cinco años”, contó. “Así que es la primera vez en cinco años que realmente tengo una razón para celebrar el Día de las Madres. Creo que va a ser algo bien diferente y bien sanador, el poder celebrarlo y poder tener a Noah conmigo”.