Alguacil de Veredicto Final asegura que no es un policía fake

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 16 años.
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Rey Hernández, quien se destaca como el alguacil que imparte seguridad en la corte de Veredicto Final (Univisión) defiende su rol de policía asegurando que es real y no una actuación como muchas personas han especulado.
El cubano, de 35 años de edad, quien arribó a Estados Unidos a la edad de ocho años, revela a Primera Hora que "he escuchado comentarios en la calle que dicen que no soy policía de verdad y que soy sólo un actor porque me han visto en una película".
El hecho es que como le apasiona el modelaje y la actuación ha actuado en varios filmes con personajes cameos, tales como, Bad boys II, Behind Enemy Lines, Miami Vice, Prision Break, y Tumbe.
"Me encantaría ser una estrella del cine, pero desafortunadamente no lo soy, y los casos son de verdad. Y la jueza (Cristina Pereyra) si ve que el caso no es correcto ella misma cancela el show", sostiene desde un hotel en Condado.
Su responsabilidad en el programa de televisión emitido de lunes a viernes, a las 3:00 de la tarde, es imponer el orden en caso de que los demandantes o los demandados armen algún pleito a la hora de escuchar el fallo de la jueza Pereyra.
Se desempeña, asimismo, como detective de pandillas y es entrenador en la academia policiaca por lo que enseña tácticas de defensas y armas de fuego.
Es por tal razón que estuvo varios días en Puerto Rico, para acompañar en su ingreso a Hogares Crea a un joven que había sido evaluado por la jueza Pereyra en el espacio televisivo.
Hernández entregó la citación para el programa a otro joven que tiene problemas con su madre, quien lo ha demandado; y el otro caso es el de un chico que tras tomar clases de karate anda agresivo por la calle. La citación es para él y su instructor.
Respecto a Veredicto final, indica que aunque no está involucrado con la producción de la emisión es consciente de que todos los casos se investigan previamente a ser discutidos por la magistrada.
"Sé que la producción investiga, por ejemplo, si es verdad que las personas son casadas o divorciadas. He visto casos que los sacan del programa si hay algún problema con la información o identificación que presentan. No son actores sino personas reales con situaciones reales", recalca.
Agrega que las peleas han sido veraces porque hasta ha recibido golpes. Cuenta como anécdota que en medio de las trifulcas y las emociones alteradas de las personas hubo una ocasión en que dos luchadoras bien fuertes empezaron a pelear por la cinta y cuando fue a separarlas le dieron un manotazo en el rostro y hasta su pito salió volando.
Ha logrado, por otra parte, buena química con la jueza con quien, señala, se lleva "superbién. Ella es una buena persona, educada, muy profesional y muy simpática".
No le preocupa, dice, que lo traten de ridiculizar en la calle por participar en este tipo de programa en el que la duda siempre está presente entre la audiencia por los casos que se presentan.
Su satisfacción es el apoyo y cariño recibido por las personas que lo detienen en los lugares que visita fuera de cámaras, al punto que narra que "las viejitas me reconocen y eso es lo más lindo".
En cuanto a su posición de policía, expone que "me gusta mi carrera, porque he tenido la oportunidad de cambiar la vida de muchas personas de manera positiva. Ayudé a una muchacha una vez en su casa con su parto natural y yo estaba con mis guantes, aunque no fue mucho lo que tuve que intervenir. Ayudar es mi misión", acota.

