La santería es el sincretismo religioso que aúna los santos de la religión católica y los dioses de origen africano, y cuya manifestación es propia del Caribe.

Y como la música es un elemento esencial en toda expresión religiosa, el sistema oracular de la santería no es la excepción.

Ciertamente, éste tiene gran arraigo en la música de Cuba pero, ¿existen practicantes activos de la santería entre nuestros artistas?

La respuesta es sí, y quizá más de lo imaginado. Los elementos de la santería siguen apareciendo tanto en la música como en otras manifestaciones populares, unas veces de forma directa y otras mediante metáforas o claves.

Gran parte de las formas artísticas de la santería preservan los comportamientos, sonidos, lenguajes y actitudes estéticas propios de la cultura africana que llegó a esta zona del planeta mediante la esclavitud, en ritmos como la salsa y en la bomba, aunque uno de sus mayores exponentes en Puerto Rico, Modesto Cepeda, desligó tenazmente el género de dicha creencia al ser entrevistado por Primera Hora.


En muchas de las canciones de salsa que evocan la santería se escuchan frases o palabras en yoruba, uno de los principales dialectos de África Occidental. Usualmente, en estos temas, se veneran o se les hace un llamado a los orisha, deidades que, según esta creencia, gobiernan diversos aspectos del mundo.

Encontramos ejemplos de cómo la santería ha influido en la música cubana en temas popularizados o de la autoría de figuras como Celia Cruz, Carlos “Patato” Valdés, Chucho Valdés, Arturo Sandoval y el grupo Irakere, quienes cuentan en su discografía con álbumes o canciones dedicadas a la santería.


Del bando de los artistas puertorriqueños, Tito Puente también se inspiró en la santería para sus rítmicas composiciones, mientras que Héctor Lavoe y La Lupe manifestaron abiertamente su creencia en la santería, entre otros artistas que pertenecieron a La Fania.

En Puerto Rico, un buen número de salseros ha estado vinculado a la santería. Algunos se han atrevido a hablar del tema y otros han preferido ser más comedidos, aunque las letras de sus canciones hablan por ellos.

De santería y música sacra

Ismael Miranda estuvo en la santería desde el 1971 hasta el 1989. Ahora se distancia de esa religión a la vez que se define como “un siervo de Dios”.

“Por un tiempo, fui parte de ese culto, de esa religión yoruba. Usaba mis collares y grabé temas que hablaban de eso como Abran paso, pero ya no. En el tiempo que estuve en el santerismo eso estaba de moda y yo era joven. Mi familia era parte de esos revoluces. Algunos de mis familiares eran espiritistas y otros santeros. Así que, entré en eso”, contó el salsero en entrevista con Primera Hora.

Miranda conoce de otros colegas en la música que practican la santería.


“Conozco a otros sí, pero no los condeno ni los juzgo. Yo ahora estoy en Cristo y la Biblia habla de que Dios está en contra de la brujería, en contra de esos cultos, de esos rituales con santos, estatuas”, puntualizó Miranda, quien ha grabado ya dos discos de temas cristianos.

Tego sin tapujos

En la música urbana también se siente la influencia de la santería, y exponentes como Tego Calderón han hablado abiertamente de su afinidad con la misma. Hace tres años, el intérprete de Cambumbo y Guasa guasa habló a la prensa sobre su práctica.

“Sí, soy santero. Es una inquietud que he sentido desde muy joven. No es una religión que tenga por mis padres, pues ellos no creen en esto y se molestaban. Pero en esta religión están los que quieren estar. Y el que se abochorne de ella, que arranque”, declaró en ese entonces el exponente de reguetón.

desliga la bomba de la santería

Modesto Cepeda, por su parte, no sólo desvinculó a su familia de la santería haciendo hincapié en que los Cepeda son católicos, sino que también calificó de “incorrecto” que la bomba sea percibida como un género que evoca la santería sólo porque sus integrantes vistan de blanco y se haga uso de los tambores.

“Somos el producto de tres razas, entre ellas la africana, pero eso no significa que la bomba esté asociada con la santería. Esa creencia se manifiesta más en la música afrocubana, pero nosotros no tenemos nada que ver con eso. Hay mucho desconocimiento. Vestimos de blanco en representación de la paz y la amistad somos católicos y no tenemos que ver con la santería católica”, concluyó.