Una estela de dolor y tristeza entre sus amigos y compañeros artistas provocó el fallecimiento del maestro del piano, Luis Quevedo Alfaro, quien fue considerado como uno de los más grandes pianista del patio.

El virtuoso del piano murió este pasado domingo, a la edad de  65 años, en su residencia en Puerto Nuevo, San Juan.

La actriz Sully Díaz, a quien Quevedo acompañó en varias de sus presentaciones artísticas, lamentó su repentina partida; de la misma forma expresaron  su dolor  las gemelas Beveraggi, Zeny y Zory, amigas entrañable del talentoso músico; y la, también maestra del piano y concertista, Alba Rosa Castro.

“Lo conocí y canté con él, voy a extrañar la Samba de un minuto, número musical del cual sacaba miles de notas en un minuto, siempre que me veía me complacía con esa pieza musical, nadie la tocaba como el. Lo recordaré con mucho cariño, pero  sobre todo con respeto por su gran talento”, subrayó la veterana actriz y cantante Sully Díaz.

Zeny Beveraggi, a quien en semanas pasadas el maestro Quevedo acompañó en el piano, en la bohemia que junto a su hermana Zory presenta todos los jueves en Costa Azul Bar and Grill en Isla Verde, Carolina, destacó la calidad humana y talento musical del desaparecido pianista.

“Para mí es una gran pérdida porque aparte de ser mi amigo, desde que era una niña cuando aun no era conocida artísticamente, fue uno de los grandes pianista que dio Puerto Rico y Latinoamérica. Siento que he perdido un hermano porque el maestro Quevedo, al igual que Jaimito Umpierre, es uno de los grandes amigos músicos que siempre me apoyó incondicionalmente. El tocaba con el alma por eso cuando se sentaba en el piano se transformaba, la música se le metía por dentro, y lograba transportar al público en su viaje musical”, expresó la rubia.

Alba Rosa, quien reside en la ciudad de Orlando, Florida, junto a su esposo, el reconocido músico Papo Valle, resaltó los dotes musicales del maestro Quevedo.

“A parte de excelente persona fue un excelente pianista con una trayectoria inmensa, él acompañó a grandes estrellas. Lo admiré mucho, me encanta escuchar su música tan armoniosa, tenía un oído privilegiado y un repertorio tremendo.  Coincidimos en grandes hoteles, ambos trabajando como solistas. Su muerte es una pérdida irreparable, porque fue uno de nuestros grandes pianistas”, sostuvo la recordada profesora de piano.