Orlando ¿Reina del merengue?... No, nada de eso. Reina de su casa, de sus hijos, de su esposo, de sus amigos y familiares. Así lo prefiere Olga Tañón.

Sobre el escenario, “La Mujer de Fuego” es como un bólido supersónico. Fuera del escenario, es la más tierna y amorosa de las madres, una mujer sumamente sensible al dolor humano y una pachanguera del cará.

Así se mostró este pasado fin de semana cuando abrió las puertas de su casa a Primera Hora. Pero no es cualquier casa. Es una acogedora vivienda que ubica en un rancho de cinco cuerdas de terreno, propiedad de la artista y de su esposo, el productor y empresario Billy Denizard. Allí se dedican a la reproducción y crianza de caballos de paso fino.

En la actualidad, la pareja posee 16 ejemplares, algunos de ellos campeones, como Inquieto de Fe, el mimado de Olga y Billy. Es un animal imponente de 17 años, color negro, el padrote de la finca. Billy lo tiene desde que cumplió 18 meses. A Inquieto de Fe se suman Maraquita 4 de Fe, La Prenda de Fe, La Profecía de Fe, Sucesor de Fe y Franciscano de Fe, entre otros ejemplares.

La intérprete de Basta ya siempre se había caracterizado por celar con vehemencia la intimidad de su hogar. Pero eso fue hasta este pasado fin de semana cuando decidió mostrar a la mujer, madre y esposa que es fuera de los escenarios.

Y ésa fue la Olga que encontramos en el Rancho de Fe, nombre que identifica su finca y que guarda un significado muy especial tanto para ella como para su esposo y sus hijos Gabriella Marie, Indiana Noa e Ian Nair.

Era jueves, uno bien navideño; fresco en la mañana y frío en la tarde y en la noche. Ese día, curiosamente, Orlando registraba una de las temperaturas más frías de la temporada; esto con la agravante de que amenazaba con llover y oscurecer mucho más tempano de lo acostumbrado. Y así fue.

Pero ninguna de las amenazadoras condiciones del tiempo desmotivó a la artista en su gesta.

Experta en la cocina

¿Quién dijo que Olga Tañón sólo dominaba el arte musical? Inició su jornada en la cocina, demostrando sus facultades en las artes culinarias. Cocinó unos pancakes con queso y salchichas. Gabriella e Indiana pasaron a una segunda ronda, no así Ian, el pequeñín de la familia, quien, a decir verdad, pasó gran parte del tiempo llorando. Según su madre, aparte de que es fuerte de carácter, también estaba peleando con el sueño pues se encontraba despierto desde las 4:00 de la mañana.

Luego del desayuno, hubo tiempo para jugar en el piso de la sala a pedidos del enérgico Indiana, quien, según sus padres, “siempre ha sido un espíritu libre, desde que nació”.

Olga jugaba “lucha libre” con Indiana, Ian lloraba porque alguien había tomando sus globos favoritos y Gabriella se entretenía en el sofá (de cuero color negro) con su numerosa colección de ponies.

Mientras, otros invitados comentaban acerca de la decoración de la sala que incluía la exhibición de varias pinturas de caninos de distintas razas. Ésos eran “de mentira” pero Princess y Lola eran de verdad. Se trata de dos de las tres mascotas de la familia. Sólo faltaba Caramelo, que aguardaba por sus dueños en la otra casa de éstos.

Afuera, en una mecedora y abrigada de pies a cabeza, la artista relató varias anécdotas de sus hijos, mientras el travieso Indiana le hacia cosquillas al punto de morirse de la risa.

En esa área estaba el árbol de Navidad, decorado con distintos peluches en tonalidades crema, verde y rojo, con grandes bombillas blancas. El árbol era tan sólo uno de muchos artículos de decoración navidena alrededor de la finca, donde yacía hasta un nacimiento frente al establo de los caballos.

Transcurridas algunas horas, ya era tiempo de almorzar. El matrimonio Denizard-Tañón fue en búsqueda de comida para sus invitados. ¿El menú? Pollo al horno, arroz con gandules, yautía, budín y quesitos.

Luego de reposar, vino la diversión de verdad. La cantante, su esposo e hijos se trasladaron a los terrenos abiertos de su finca donde montaron a caballo. El modelo fue Inquieto de Fe, un campeón adulto de paso fino adorado por sus dueños. El que se mete con Inquieto se mete con la familia entera. Simplemente lo aman.

Para Indiana, montar a Inquieto no era suficiente. Persuadió a sus padres para que activaran sus fourtracks y sand buggies para poder recorrer la finca. La cara del niño valía un millón cuando le dieron permiso. Invitó a todos a una trillita y su mamá lo aprobó, pero bien pendiente de que “los paseos” se dieran en estricto orden.

Caída la noche, llegó la fiesta. Olga recreó junto con su familia una típica cena y jolgorio navideño, con el toque boricua, en un gazebo que queda entre la casa de su finca y el establo donde permanecen sus caballos. A son de música, lechón, coquito, arroz con gandules, guineítos, ensalada de papas, arroz con leche y tembleque, la Tañón cantó, bailó y gozó de lo lindo junto con los suyos.

¿Por qué escogiste tu finca para que el público viera cómo eres en tu diario vivir?

Quería que fuera en un sitio donde yo me sintiera feliz. No es que yo no me sienta feliz en mi otra casa. Pero, donde realmente nosotros más disfrutamos es aquí. Esta finca la hemos hecho poquito a poco. Billy ha puesto todo lo que ves ahí y yo hice todos los jardines. Cada fin de semana venimos acá, los nenes se sienten contentos.

¿Hace cuánto tiempo tienes esta finca?

Cumplimos como uno y pico en esta finca. Teníamos otra que la vendimos cuando nos dieron los permisos para tener más caballos. El deseo más grande que yo tengo es que algún día podamos tener otra casa aquí en la finca. Vender lo que uno tiene porque ya los testamentos están hechos, y tener paz con los hijos.

¿Qué es lo que más les gusta a tus hijos de este lugar?

Ellos se embarran de fango con los buggies. A Gabriella le gusta sembrar matitas conmigo; ella se siente libre aquí. A Indiana le gusta ayudar a cuidar los caballos, y el chiquito, pues le gusta todavía estar pegado a uno.

¿Cómo te manejas para cumplir tus responsabilidades como madre de tres y ser artista a la vez?

Cuando tienes hijos, quizás las cosas se te complican más, pero no le das tanta importancia a las boberías. Hay un dicho que dice: “Hijos pequeños, problemas pequeños; hijos grandes, problemas grandes; hijos casados, problemas doblados”. Pero nada, todo se puede hacer con amor y organización.

¿Cómo es un día común en tu vida?

Me levanto en la madrugada a las 4:30 a.m. Levanto a Gabriella e Indiana a las 5:00 a.m. Le doy todas las vitaminas del mundo a Gabriella porque ella tiene que tomar colustrum, vitamina D y ácido fólico. Si tengo que hacerme algo, trato de que vengan a casa para pasar más tiempo con ellos y, al menos, intento correr una hora diaria.

¿Los niños son conscientes de que su madre es artista?

Yo sólo soy su mamá. A veces me da gracia porque la gente ha sabido parar a Indiana y preguntarle cuál es la canción favorita de su mamá y él responde La linda manita… Porque, sencillamente, soy su mamá.

¿Cómo describes a cada uno de tus hijos?

Gabriella es cariñosa y canta hermoso. Me dice que en el futuro quiere ser una veterinarian y una singer. Indiana es chulería pura, al año nos dimos cuenta que era un nene brillante. Me ayuda a recoger y le encanta hacerme cosquillas en la espalda. Ian, decimos que es como un osito porque siempre le gusta estar encima de uno, aunque de los tres es el de carácter más fuerte. Cuando se molesta, se queda con el canto.

¿Cómo es la relación con tu esposo Billy?

Billy es el tipo más normal del mundo, la gente no lo conoce. Es tremendo ser humano. Mis primeros matrimonios fueron ensayos. Hemos durado ya ocho años, gracias a Dios.

¿Qué le pidieron tus hijos a Santa Claus? ¿Ya enviaron sus listas de regalos?

Pidieron muchas cosas. Yo les sugerí que pusieran sus cartitas en globos con helio porque así llegan más rápido al Polo Norte.

¿Qué recuerdo te llevas de tu viaje a Cuba?

Que lloré tres veces. Primero lloré porque no sabía qué iba a encontrar allá. Luego lloré cuando conocí el caso del padre y la hija que no se veían por años y luego volví a llorar cuando estábamos aterrizando, porque Cuba se me pareció mucho a Puerto Rico desde el avión.

Luis Fonsi te reconoce como su madrina musical y ha expresado que existe una amistad profunda entre ustedes. ¿Qué le dirías en estos momentos en que se encuentra separado de Adamari López?

Lo único que le deseo a Fonsi es que, en el nombre de Dios, todo esto se resuelva lo más pronto posible, porque ni él ni su familia merecen estar pasando por estas cosas tan innecesarias. Se han dicho muchas cosas que nos son ciertas.