¿A quién le amarga un dulce? Se pudiera pensar que al cantante Pablo Montero, pero parece que mucho más al publicista Harold Rosario, quien radicó una querella por extorsión contra la bailarina exótica “Dulce”, quien retrató desnudo al cantante mexicano por no pagarle sus servicios “artísticos” y luego vendió las fotos a una revista. Rosario alega que lo sobornó con las fotos a cambio de dinero.

La mujer, cuyo nombre de pila es Brenda Liz Pérez, de nacionalidad venezolana y 23 años de edad, fue citada el viernes por el agente Ferreira del Cuerpo de Investigaciones Especiales (CIC) tras recibirse la denuncia del ex relacionista de la estilista Magali Febles, informó el abogado de la joven, Antonio Figueroa Rodríguez.

Al letrado le llamó la atención saber que la querella la radicó Harold Rosario en su carácter personal y no el artista quien, según Figueroa Rodríguez, dejó entrever a través de terceros que no le interesa llevar un caso, a pesar de que en estos días se exhiben sus fotos al desnudo en la revista Mira -que compró las fotos a la bailarina- y programas de televisión.

“Dulce”, por su parte, continúa dando entrevistas a quien la llame y se muestra confiada en que saldrá bien de esta experiencia “no muy buena”. Ante el CIC, irá el próximo martes.

La mujer se estrenó en el baile exótico hace dos años y medio, después de haber trabajado a tiempo parcial en una tienda de ropa. Es madre soltera de una niña de cuatro años.

¿Quién te llamó ese día para que fueras al Normandie?

“Me llamó un fotógrafo. A veces trabajo como escort, que eso te llaman para que hagas como bachelor y le bailas al cliente y todo eso. Este fotógrafo me llama, llego al sitio y en ningún momento yo sabía que era Pablo Montero. Subimos al cuarto, yo le explico mi tarifa y todo”.

¿A Pablo Montero?

“Sí, se lo dije a Pablo Montero”.

¿Cuál es tu tarifa?

“$350 la hora”.

¿Y qué incluía?

“Bailar”.

Cuando llegaste allí, ¿qué pasó?

“El comienzo no fue muy bueno, porque parece que él no quiere pagar en el momento, entonces el fotógrafo me hizo señas de que me fuera con él porque no iba a pagar en el momento, entonces él le dio una cachetada al fotógrafo y el fotógrafo se fue y me dejó sola. Entonces, cogí mi cartera y me quería ir, y me dijo: 'No te vayas, que te voy a pagar', incluso me quedé en el cuarto porque él hizo esa promesa. Después vino Harold y me dijo: 'No te preocupes por nada que nosotros te vamos a pagar terminando el servicio'”.

Bailó, dice, desde las 4:00 de la madrugada hasta las 9:00 de la mañana.

¿Cuál era el comportamiento de él?

“Bueno, la noche que yo estuve allí, él estaba tomado y medio loquito, medio rarito”.

¿Viste que estuviese consumiendo drogas?

“Eso no te lo voy a contestar”.

Él estaba vestido, bailó contigo, ¿qué pasó?

“Claro, yo tenía mi ropa de bailar debajo de lo que tenía puesto y yo le bailé, porque a eso es lo que me dedico, la pasamos bien... Él duerme desnudo”.

“Harold me dijo que en la segunda puerta que estaba más abajo, que ahí notificara para que me pagaran; toco la segunda puerta y ellos me dicen que los caprichos de Pablo Montero no los pagaban”.

¿Tomaste las fotos a sabiendas de que era Pablo Montero y que podías sacarle dinero?

“Las tomé para mí, en ningún momento era para, como dice la gente, para soborno ni nada de eso”.

¿Qué gestión posterior hiciste para cobrar?

“Yo no cobré ningún dinero, aquí ninguna de esas personas me pagó por mis servicios”.

“Harold me dio su número de teléfono y cuando yo llamé me trató muy groseramente. Me dijo: 'Los cheques no han llegado de México; cuando lleguen te llamamos y te pagamos'”.

¿Cuánto te pagaron por las fotos?

No voy a contestarte eso.

¿Qué ha representado esta experiencia para ti?

“No muy buena, mucha difamación en mi contra. Yo encuentro que no he hecho nada malo. Él cobra por sus conciertos, igual yo cobro por mis bailes.

¿Estás reconsiderando tu trabajo?

“Sí, sí, sí”.

¿Qué ha sido lo que más te ha dolido?

“Que me digan prostituta, eso ha sido lo más que me ha dolido”.