“Es más feliz que aquellos que se acuerdan de todo, porque no tiene preocupaciones”, aseguró el exreportero Carlos Ochoteco sobre su madre Mercedes García de la Noceda Ochoteco, a quien cuida en su hogar. Doña Mercedes es paciente de Alzheimer.

Como antesala a la celebración del Día de las Madres, este domingo, Ochoteco reveló en entrevista con Primera Hora cómo es su vida fuera de la television desde que se dedica a su mamá, hoy de 94 años.

“En ocasiones me preguntan si siento que mi vida está estancada y les contestó que no hay amor como el de una madre, que se merece todo lo que yo hago por ella. Llegar a la casa y encontrármela sentada en el comedor con su batita de viejita esperando que le sirvan su comida y le grito, ‘¡Hola, vine a verte!’, y su mirada y sonrisa lo dicen todo... Que me quiera y se sienta bien conmigo, aunque no sepa quién soy. En ocasiones dice que soy su amigo. No importa las veces que entre a la casa, le hago lo mismo y es como si fuera la primera vez. Es una vulnerabilidad que te hace protegerla hasta que el universo mande”, manifestó con admiración a su progenitora.

El veterano periodista, quien trabajó como ancla del desaparecido noticiero “Tu mañana” (TeleOnce), cuenta con el apoyo de su sobrino Sergio en el cuidado de su madre, porque sus dos únicos hermanos fallecieron hace muchos años.

“Mami vive conmigo hace 10 años. Cuando mi sobrino Sergio y yo empezamos a darnos cuenta de que estaba presentando síntomas asociados a la pérdida de memoria la mudé conmigo. Tenía 84 años. Tuve dos hermanos, María de Lourdes y Félix ‘Kiko’, pero desafortunadamente murieron hace dos décadas, ambos víctimas de cáncer a sus 50 y 51 años de edad, respectivamente”, reveló.

“Fue un golpe emocional muy fuerte para mis padres, mis sobrinos y por supuesto para mí, porque según la ley de vida se supone que mis hermanos estuvieran conmigo en esta tercera edad para darnos apoyo uno al otro en el cuido de nuestra querida madre, conocida también como ‘Cherry’. Ella enfrentó la situación con mucha resignación porque es una mujer muy creyente en la fe católica, además del hecho de que los cuidó hasta el último momento y eso le dio mucha fortaleza y satisfacción, porque hizo lo que cualquier buena madre hace por un hijo enfermo”, sostuvo.

Como buen hijo, Ochoteco le da terapias a su progenitora y se la lleva de paseo.

“La calidad de vida se la doy con mucho estímulo visual y corporal y trato de que se mantenga lo más independiente posible en su vida cotidiana. La ayudo en sus necesidades básicas, cómo vestirse y demás, pero trató de que ella haga la mayor parte posible sola y le imparto el vocabulario acorde con lo que está haciendo. Eso le refresca la memoria”, expuso.

Evidenciando un inmenso amor, Carlos resaltó las cualidades de su progenitora: “Lo que hacemos literalmente todos los días es ir al Viejo San Juan, específicamente al Café 4 Estaciones frente a la alcaldía. Allí pasamos la tarde. Se ha creado una dinámica comunitaria muy especial y hermosa. Mi madre se desenvuelve perfectamente bien entre los visitantes, quienes la añoñan y aceptan con mucho amor”.

“Cuando estaba bien era muy positiva, trabajadora y dócil. Y lo de docilidad todavía lo conserva. Es muy fácil cuidarla porque es muy suave y se deja llevar. Había oído muchas veces que los papeles se invertían y que los padres en edad longeva terminaban siendo hijos de sus hijos. Y he comprobado que es cierto. Mi madre es mi hija y muy obediente, por cierto. La hija que nunca tuve”, reflexionó.

¿Dónde piensas llevar a tu madre para celebrar su día?

“Para el día de las madres iremos a almorzar a algún lugar especial, porque te digo que tiene un apetito voraz, por eso se ve tan bien. A veces sale mejor que yo en los laboratorios que nos hacemos regularmente.”

¿Has considerado alguna vez internar a tu madre en un hogar de cuido?

“Me lo han preguntado en múltiples ocasiones y mi respuesta siempre ha sido que no. Sin embargo, no juzgo a aquellos que lo hacen porque no tienen otra alternativa. Tal vez tienen una vida más complicada que la mía. Tendrán que trabajar, tienen hijos o inclusive están enfermos ellos también.”

¿Qué reacción te merece el incremento de padres abandonados por sus hijos en centros de salud?

“No lo entiendo y eso si lo repudio con todo mi corazón, porque esas personas adolecen de lo que es amor en su interior.”

En términos de ayuda y beneficios, ¿consideras que las personas de la tercera edad están siendo bien atendidas?

“Pienso que deben haber más incentivos económicas para aquellos que no cuentan con los recursos económicos necesarios para pagar un cuido adecuado en su propio hogar. Ahora con el cambio de gobierno es mucho lo que se ha hablado de amas de llave para la población envejeciente, cada vez mayor. Espero que la nueva administración se mueva en esa dirección, pero con proyectos convertidos en ley y de paso ayudas también para el cuidador, que en muchos casos tiene que dejar de trabajar para cuidar a sus viejos. Es un círculo vicioso de hace muchas décadas y ningún gobierno hace lo que tiene que hacer. Puerto Rico tiene muchos retos ahora mismo, pero la población vieja no puede quedar desatendida.”

¿Qué mensaje le brindas a hijos con padres envejecientes?

“Mi mensaje para esos hijos que como yo cuidan a sus padres, en mi caso mi madre, es que aprendan de ellos en esta etapa de sus vidas. Es un buen momento para evaluar todo lo que hicieron por nosotros, sus sacrificios, sus enseñanzas, su ayuda y consejos, sus risas y tal vez asuntos inconclusos. Y que lo hagan con verdadera entrega y amor. Ya habrá tiempo para retomar nuestras vidas con el aliciente de haber hecho una labor bien lograda”, concluyó.