Crítica: Kung Fu Panda 2
Lee la reseña de Kung Fu Panda 2 y ve otro episodio de Pa'l Cine.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 14 años.
PUBLICIDAD
No es algo muy común en el medio, pero cada cierto tiempo las astros se alinean sobre Hollywood y sus efectos son para beneficio del público: los guionistas se inspiran, la musa visita a los demás cineastas y los estudios aprueban la producción de una secuela que no se conforma simplemente con reciclar el éxito de la anterior sino en expandir las virtudes de la película original. Kung Fu Panda 2 es la prueba más reciente de este fenómeno.
El largometraje animado de Dreamworks Animation Studio no comete el típico error de querer repetir lo mismo a mayor escala y con más personajes. El libreto de Jonathan Aibel y Glenn Berger está consciente de que el corazón de la cinta original del 2008 yace en su protagonista, el panda “Po”, y su contagiosa pasión por el kung fu, por lo que aquí continúa con su desarrollo y lo hace crecer como personaje.
En esta nueva aventura, “Po” y los Cinco Furiosos se enfrentan a una nueva amenaza que no sólo pone en peligro a la población de China, sino que atenta contra el propio arte del kung fu. El pavo real “Lord Shen”, un antiguo enemigo que por décadas se creyó desaparecido, ha regresado con un nuevo dominio de la pólvora, utilizándola para crear un arma capaz de borrar ciudades y destruir a los mejores artistas marciales del mundo.
El personaje de “Shen” es todo lo que un villano debe ser en una secuela: más letal, temerario y con una historia que abone al desarrollo del arco narrativo del protagonista. El pasado de “Shen” y la niñez de “Po” -hasta ahora había sido un misterio cómo llegó a ser criado por un ganso- están conectados con los convencionalismos característicos de las cintas de artes marciales. La cinta explora esta relación y al final la deja abierta lo suficiente como para dejarnos anticipando que esta saga se convierta en trilogía.
Jennifer Yuh, quien en la producción original trabajó como la encargada de la historia, hace su debut como directora en este nuevo filme y su esfuerzo es admirable. Las secuencias de acción superan las de la primera película, con mayores desafíos y asombrosas coreografías por parte de “Po” y sus aliados, pero más importante aun es que la cineasta sabe cuando detener las acrobacias y dedicarle tiempo a la trama, proveyéndonos una experiencia muy satisfactoria.
Mención aparte merece la dirección artística y el magnífico trabajo de los animadores. Los imágenes de principio a fin son impresionantes, incluso vistas a través de las gafas 3D, tecnología que es empleada por la producción para resaltar la acción en las escenas más emocionantes.
Kung Fu Panda 2 emana una genuina pasión por los filmes de artes marciales y los valores que vienen intrínsecamente unidos a ellas. Es entretenimiento familiar de alta calidad dirigido no sólo a que los espectadores pasen un buen rato en el cine sino que aspira a inculcarle valiosas enseñanzas a los cinéfilos más pequeños.