Cuando algo ya no sirve es hora de echarlo a un lado y empezar de nuevo. Ese “algo” era “Shrek”, el ogro verde que protagonizó cuatro producciones de Dreamworks Animation Studio. Cada una de las secuelas... eh,  digamos que no fueron ni una sombra de la original -ganadora del Óscar-, por aquello de no ser muy severo.

A pesar de que continuaban generando cientos de millones de dólares, “Shrek” había perdido su gracia, por lo que el estudio decidió basar lo que seguramente será una nueva franquicia cinematográfica en uno de sus fieles amigos. Por suerte, no fue el burro, sino el adorable gato con botas que arrancaba exclamaciones de ternura del público con tan sólo agrandar sus ojos.

La mala noticia es que estas películas que nacen de otras (conocidas en inglés como “spin-offs”) casi nunca funcionan, como  han demostrado claramente cintas como Evan Almighty, Elektra y The Scorpion King, entre otras. La buena noticia es que Puss in Boots es una de esas raras excepciones a la regla. Así es. Para la gran sorpresa de este servidor -y seguramente muchos de ustedes- esta nueva aventura animada no escatima en las risas y se mantiene divertida de principio a fin con un humor que apelará tanto a grandes como a chicos.

Puss in Boots repite todo lo que Shrek hizo bien e ignora todo lo que sus secuelas hicieron mal. El largometraje es una precuela a la primera aparición del gato con botas en Shrek 2, lo que le permite al grupo de guionistas concentrarse exclusivamente en presentar los orígenes del personaje y -más importante aún- resaltar los elementos más fantasiosos y de cuentos de hadas, descartando las innecesarias referencias a la cultura popular que se convirtieron en la gran muletilla de la saga del malhumorado ogro.

El gato con botas (Antonio Banderas) es uno de los criminales más buscados de una región que parece un híbrido entre España y México. El intrépido felino anda al acecho de unas habichuelas mágicas, las mismas que anda buscando su viejo hermano de crianza “Humpty Dumpty” (Zach Galifianakis), quien lo traicionó cuando ambos vivieron en el mismo orfanato. Con la ayuda de la gata “Kitty Softpaws” (Salma Hayek), el trío desea hallar las  habichuelas para dar con el paradero del legendario  ganso de los huevos de oro.

Bajo la dirección Chris Miller, el filme se ve fenomenal en la pantalla grande, con una fantástica animación y un excelente uso de la tecnología 3D (sé que viniendo de mí, esto debe parecer insólito). La acción y la diversión nunca se detienen y los personajes cobran vida gracias a un detallado estudio de las idiosincrasias de los gatos. El entretenido  debut  Puss in Boots es una grata sorpresa que esperemos mantenga el mismo nivel de calidad en las secuelas que en los próximos años, sin duda alguna, llegarán a los cines.