La admiración se mantiene intacta o es más fuerte. Transcurridos cuatro años de su muerte, Luis Raúl es esa figura que continúa inspirando, haciendo reír y animando a quienes tuvieron la oportunidad de trabajar con él o llamarlo amigo. 

Así quedó establecido durante la develación de su retrato que desde ayer forma parte de la Galería del Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot. Entre palabras serias, sentidas, pero también con sonrisas, un grupo de amigos, artistas y productores cercanos al comediante bromeó con el hecho de que estaba empecinado con ver su imagen junto a la de otras grandes figuras que han pisado el escenario del Choliseo.

“Eran antojos de él. Hoy estaría insoportable. Produciendo, preguntando, estaría quejándose de algo. Era muy exigente con todo lo que hacía. No hacía nada por casualidad”, recordó el productor Luisito Vigoreaux, para quien Luis Raúl era un amigo, alguien importante en su núcleo familiar. 

En 2013, el creador de personajes como “Piquito” y “Malín” hizo historia al convertirse en el primer comediante puertorriqueño en presentarse en el Coliseo con su espectáculo ¡Qué ojones!. El mismo se transmitió de manera simultánea a varios países y ciudades de Estados Unidos. Cuando el artista ya había fallecido, su presentación llegó a la pantalla grande y se lanzó en DVD.

El ilusionista Reynold Alexander recordó que conoció a Luis Raúl durante la grabación de un especial para una fundación sin fines de lucro, y desde entonces nació entre ambos una relación de complicidad. De hecho, fue el mago quien un día lo llamó para darle la idea de llamar su espectáculo ¡Qué ojones!. 

“Una vez estaba frente a una tienda y vi un poster de una muchacha con los ojos bien grandes. Yo dije: ‘qué ojazos, qué ojones’. Y ahí mismo llamé a Luis Raúl. Le dije: ‘tú te imaginas al personaje de Piquito diciendo qué ojones’ ”, relató. 

Tiempo después, Luis Raúl lo invitó a ver la exitosa función.

Para José “Pepe” Dueño, productor del espectáculo ¡Qué ojones!, fue un gran privilegio develar la foto de su amigo, a quien describió como un ser humano fantástico que siempre tenía temas de conversación. “Ya de por sí él era el mejor comediante de Puerto Rico y probablemente de Latinoamérica. Era lo que dicen en inglés un true comedian que sabía hacer chistes con situaciones reales de la vida”, resaltó.

Jorge Pabón, “el Molusco”, también estuvo presente en el pequeño acto para celebrar la inclusión de Luis Raúl en la galería, y aseguró que a veces le parece una broma que su colega falleció. A menudo, le gusta ver los vídeos de Luis Raúl, pues se considera un gran admirador de la comedia que hacía.

Lo que más admira de su amigo es que abrió un mercado para que otros comediantes se atrevieran a realizar espectáculos grandes, como el que llevó al Choliseo, y también su personalidad perseverante. “Teniendo fracasos tenía éxitos. Si le cancelaban un programa de televisión, él hacía un show del programa de televisión. Era un tipo que no se dejaba caer por nada, por lo menos no se lo demostraba a la gente”. 

Por su parte, Raymond Arrieta, compañero de Luis Raúl en muchos proyectos, incluyendo el espectáculo El bello y la bestia, recordó que “siempre que veníamos caminando por aquí él decía que su foto tenía que estar aquí”. 

“Teníamos en mente venir al Coliseo, pero no nos atrevimos. Luego se le dio porque estaba para él”, aseguró Arrieta. 

Tan cercana era la relación profesional y de amistad entre ambos, que era Luis Raúl quien sustituía a Raymond durante sus vacaciones en el programa Día a día. La última vez que lo hizo llegó enfermo y en adelante no superó el padecimiento de pulmonía bilateral que le costó la vida.