Un féretro blanco cerrado guardaba los restos ayer del exanimador Alfredo Herger. Encima unas rosas blancas y una serie de fotos que revelaban el transcurso de su niñez. 

Su padre, el exproductor musical Alfred D. Herger, recibía a todos los que llegaban a la funeraria Guaynabo Memorial para expresarle a él y al resto de la familia sus más sinceras condolencias por el fallecimiento de Alfredo, el miércoles luego de enfrentar un percance de salud el lunes pasado. 

“Estoy tranquilo porque dentro de mí se encuentra Dios y Alfredo está bien. Me miro y no me conozco, ya yo había pasado por algo parecido -el fallecimiento de su hijo Benny años atrás-, pero es otro tipo de golpe”, expresó el psicólogo.

Junto al exproductor artístico se encontraba la viuda de Alfredo, la doctora María del Pilar Pinzón, con quien estuvo casado ocho años.

“Alfredo fue el amor de mi vida, amaba todo lo de él, desde que lo conocí, porque era auténtico, sin máscaras, eso fue lo que realmente me enamoró. Era un amor tan puro, tan claro, y de muchos retos, que tuvimos todo el tiempo durante nuestra relación, vez tras vez. Nos fuimos amando hasta que nuestra conciencia llegó a cambiar y ahora siento amor eterno por Alfredo”. 

Su hermana Grace Marie, así como la hija de ella, recordaron que Alfredo las llamaba todos los días, “para darme sus declaraciones de amor. El siempre me abrazaba bien fuerte y me daba muchos besitos y me decía te quiero mucho, te amo”.

A la sala donde descansaba el cuerpo de Alfredo fueron llegando amigos de la familia, como el cantante Chucho Avellanet, que contaba que a “ese muchacho, al igual que a sus hermanos, los vi nacer, criarse y transformarse. Yo era parte de la familia”. 

También estaba Jofre Pérez, el pintor Jonathan Dwayne, el comediante Adrián García y el exgobernador de Puerto Rico Alejandro García Padilla. El desfile de amigos continuó toda la noche, hasta las 11:00 p.m. que cerraron las puertas de la funeraria.

Hasta entonces, Alfred continuó compartiendo con todos los que se acercaron como prometió: dedicando la noche a la despedida de su hijo.