Diccionario de Americanismos será pronto una realidad

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 16 años.
PUBLICIDAD
Madrid.- El Diccionario de Americanismos será pronto una realidad. Las veintidós Academias de la Lengua Española trabajan a marchas forzadas para entregar a la imprenta, el próximo 5 de octubre, el original de esta obra que supone "el mayor esfuerzo realizado hasta ahora por mostrar la riqueza léxica de América".
"Nunca se ha hecho un Diccionario del español americano como este. Contendrá un caudal de información léxica que se podría calificar de inaudito", afirmó en una entrevista con Efe el académico Humberto López Morales, director de este ambicioso proyecto y secretario general de la Asociación de Academias de la Lengua Española.
El Diccionario será una de las grandes novedades del V Congreso Internacional de la Lengua, que se celebrará en Valparaíso (Chile) en marzo de 2010.
Tendrá cerca de 100,000 entradas y más de 600,000 elementos léxicos (acepciones, diferentes clases de locuciones, etc.), y será publicado por la editorial Santillana, de fuerte implantación en Iberoamérica.
Formarán parte de esas entradas aquellas voces procedentes de las lenguas indígenas del continente, aunque el mayor bloque lo constituirán términos españoles que en América han adoptado significados diferentes.
"Es un primer acercamiento serio a la totalidad del español de América", asegura López Morales, para quien "sería fantástico que, luego, en cada país se animaran a hacer su propio diccionario".
Y puede que se animen, porque las Academias "se han involucrado con mucho entusiasmo" en el Diccionario de Americanismos, y "todas están al pie del cañón", colaborando en este proyecto, "incluso la norteamericana".
"Por algo Estados Unidos es el segundo país en número de hispanohablantes", recuerda López Morales (La Habana, 1936), autor de más de cincuenta libros, entre ellos "Estudios sobre el español de Cuba", "La aventura del español en América" o "Los cubanos de Miami. Lengua y sociedad".
El Diccionario lleva amplias introducciones, donde se explica cómo se ha hecho y la base teórica del mismo, y varios apéndices, entre ellos uno de sinónimos que permitirá comprobar cuántos tienen, por ejemplo, las palabras relacionadas con la sexualidad o con lo escatológico.
Así, el "cortico" es un hombre de pene pequeño en Cuba, mientras que "aventajado" expresa lo contrario en Perú, y "cargado" se utiliza en Colombia para referirse a quien está bien dotado en este campo, como también lo estarían el "chiludo" y el "macanudo" en El Salvador, o el "miembrudo" en Puerto Rico.
Sinónimos de tener relaciones sexuales son "echar a pelear los meones", "echarle maíz a la pava", "echar un canelo" o "echar un guarapo", y vomitar significa lo mismo que "echar el buitre", "echar la pulpería" o "echar los freijoles".
Los académicos quieren incluir en el Diccionario de americanismos "una cantidad muy importante de locuciones verbales" y, por ejemplo, del verbo "dar" se facilitan "por lo menos 300 propias de América".
En esa larga lista figuran expresiones como "dar cráneo", que en Puerto Rico y Panamá equivale a "utilizar la inteligencia"; "dar chumbimba", que en Colombia significa "tirotear". "Dar dentera" supone, para los venezolanos, "desear vehementemente a una persona al verla", y "dar diarrea" se dice en Chile cuando alguien se pone nervioso o excitado.
"Dar el pitazo" significa "avisar" o "dar un soplo" en México, Nicaragua, Cuba y Venezuela, y "dar el platanazo" se utiliza en Nicaragua cuando alguien se muere. Cuando en Cuba rompen una relación sentimental "dan el teboté", y en México, cuando uno se equivoca o fracasa, se dice "dar en hueso".
La letra "d" está llena de sorpresas. A más de uno le extrañará que "deschincacado" se use en Nicaragua para referirse a una persona con múltiples fracturas, o que en El Salvador alguien esté "deschorchado" cuando lo han despedido del trabajo.
En el lenguaje popular de Bolivia, "diachacu" es el cumpleaños de alguien, y en Cuba la "discotemba" es la discoteca concebida para personas de más de 40 años.
La complejidad de este Diccionario radica también en la estructura, que es "completamente nueva". Tiene diferentes niveles de información, debidamente marcados, para facilitar las cosas al lector.
"Estamos muy orgullosos del Diccionario. No hay ninguna obra que se le acerque o se le parezca. Ni de lejos", asegura López Morales.