La música, pensamientos y escritos de Lin-Manuel Miranda lo impulsaron a convertirse en una de las personas más exitosas del 2016.

El avasallador éxito de su musical más reciente, Hamilton, la célebre frase que dijo en la entrega de premios Tony -“amor es amor es amor”- el día de los ataques a la discoteca Pulse de Orlando y sus composiciones para el Hamilton Mixtape y la película Moana, consagraron al dramaturgo de origen puertorriqueño como un fenómeno cultural.

El periodista Julio D. Díaz, del News Journal de Pensacola, resumió la trascendencia que ha tenido el artista de esta manera: “Miranda hizo al mundo entero cantar, bailar y pensar”.

Para el artista todos sus logros son más de lo que jamás pudo imaginar.

“Para mí y mi familia ha sido extraordinario ver el éxito de Hamilton. Cuando escribes un show, tu sueño es que tenga una producción, que tenga la oportunidad de ser visto por la gente. Pero ha superado todos los sueños que tenía para él y ahora seguimos. Sembré muchas semillas hace mucho tiempo y este año ha sido la cosecha. Me tomó siete años escribir Hamilton, tres años las canciones de Moana y dos años estuve trabajando en el Hamilton Mixtape. Así que tener todo eso explotando a la misma vez me hace sentir súper afortunado”, expresó vía telefónica al reflexionar sobre el saldo del 2016 . 

A sus 36 años, Lin-Manuel ha recibido grandes reconocimientos y premios que muchos artistas no verán en toda una carrera. Solo este año obtuvo 11 premios Tony por Hamilton, ganó el premio Pulitzer de teatro, un Grammy por el mejor álbum de un musical y el premio Edward M. Kennedy, por un drama inspirado en la historia estadounidense. Antes de cerrar el año también obtuvo una nominación para un Golden Globe en la categoría de mejor canción original por el tema How Far I’ll Go de la película animada Moana.

“Eso siempre se siente bien. Es bueno conseguir esos reconocimientos, particularmente de gente que hace la misma cosa. Los votantes del Tony son otros artistas que hacen teatro y eso se siente bien. Pero a la misma vez no lo haces por eso, lo haces para crear lo que tienes en tu cabeza, lo que tienes en tu corazón y el resto es extra. Si vas siguiendo premios no lo vas a lograr. Yo solo sigo la inspiración”, afirmó el artista.

Con este guiño de los Golden Globe (que suelen ser una especie de previsión del Oscar) al tema de Moana no es desacertado pensar que las probabilidades de que Lin-Manuel reciba una nominación de la Academia de las Ciencias y Artes Cinematográficas son altas. Esa nominación lo haría entrar en una pequeña lista de artistas cuyo trabajo haya sido reconocido por los premios más codiciados del mundo del entretenimiento. 

“Eso sería increíble. Los premios Oscar son muy especiales en mi casa, los grababa cuando era niño. Me acuerdo que memorizaba los monólogos de Billy Cristal cuando era nene, porque siempre hacía monólogos musicales que eran inspiración para mí. Incluso, cuando escribí para Neil Patrick Harris para los premios Tony. Así que poder ir a esa fiesta sería increíble. Yo siempre grito cuando los latinos ganan en los premios. Me acuerdo cuando ganó Alfonso Cuarón, cuando Gustavo Santaolalla ganó por Babel. Siempre me siento súper orgulloso de los latinos”, destacó.

Ese éxito ha propiciado también que proyectos que hizo en el pasado verán la luz en un futuro cercano.

Uno de ellos es Vivo, película de Sony Animation para la que el artista escribió varias canciones y Quiara Alegría, con quien escribió In the Heights, está escribiendo el guión.

“Lo interesante de esta posición que tengo ahora es que cosas que hice antes de ser famoso las están redescubriendo. Escribí esas canciones para Vivo a la misma vez que escribí In the Heights, era como 2008, 2009. Me siento súper orgulloso de esas canciones y súper agradecido con ellos de revivir ese proyecto y también de trabajar con Quiara otra vez. Otro ejemplo, hice la narración de The Brief Wondrous Life of Oscar Wao, uno de mis libros favoritos escrito por Junot Díaz. Hice eso en 2008 para la edición del Reino Unido y ahora lo están vendiendo aquí en los Estados Unidos. Es grandioso, porque ahora hay más audiencia para esos proyectos”, destacó.

Lin-Manuel, quien dejó de actuar en Hamilton en julio, pudo recordar durante los pasados meses cómo se siente vivir en el anonimato, pues en octubre se mudó con su familia a Londres para comenzar con los ensayos de la película de Disney, Mary Poppins Returns, la que coprotagonizará con Emily Blunt y rodará todo el próximo año en dicha ciudad.

“Me encantó, particularmente poder caminar por la calle con mi hijo sin que nadie me reconociera. Eso fue bueno. Me encanta Londres, tiene tanta cultura, tantos sitios para visitar, tanto teatro increíble. Ese es el país de Shakespeare, así que pasar allí unos meses visitando y trabajando ha sido muy especial”, afirmó.

El artista está de vuelta en Nueva York para pasar la Navidad y no niega que extraña todo de dicha ciudad.

“Extrañé todo, todo, el arroz con gandules, el mangú, hablar español en la calle. Vivo en un barrio latino en Nueva York, así que al menos pude regresar a eso y tomar coquito en las navidades. Soy una persona que escribió una obra entera de que no quiero irme de mi barrio, así que siempre me hará falta eso y será un rincón de mi alma”, aseguró.