Madrid. Tempestuoso, volátil, depresivo, genial. Así era Frank Sinatra, la Voz, un icono del siglo XX, que estuvo en España entre 1950 y 1964, la primera vez persiguiendo a Ava Gardner por ventas y tablados, en visitas que acabaron mal, porque tuvo que dejar el país acusado de "desacato a la autoridad".

Así lo desvela el libro "Sinatra. Nunca volveré a ese maldito país", la crónica del paso por España del mito, del cantante y actor estadounidense (Hoboken, Nueva Jersey, 1915 - Los Ángeles, 1998), escrita por el periodista español Francisco Reyero, en el año en que se va a cumplir el centenario de su nacimiento el próximo 12 de diciembre.

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Editado por la Fundación Lara, el libro es una narración muy periodística, con abundante documentación y fotos de Hoboken, de Los Ángeles o de la Biblioteca Nacional de España, plagada de detalles, con más de 70 entrevistas y testimonios de los testigos principales o biografías rescatadas. Todo ello estructurado en numerosas notas cosidas de forma muy literaria.

"Sinatra, hasta el penúltimo concierto que dio en España, en el 86, en el (estadio Santiago) Bernabéu, tuvo una mala relación con España, siempre hubo algo de fatalidad en sus visitas. Solo en el 92, en Barcelona, estuvo bien, pero ahí ya vino para jubilarse. Era ya un cantante crepuscular", explica Reyero.

El libro descubre la relación de España con Sinatra, el "crooner", el hombre "esquivo, disciplinado y soberbio", como se le describe en el libro, desde que llegó al aeropuerto de Barcelona, en 1950, buscando a Ava Gardner, cuando ella rodaba "Pandora y el holandés errante" y la diva mantenía una relación con el torero Mario Cabré.

"Sinatra es fascinante -argumenta el autor-, y lo que más me gusta es su resistencia. Cuando llegó a España persiguiendo a Ava, estaba en el punto más bajo de su carrera: lo habían echado de la Metro-Goldwyn-Mayer, personalmente estaba mal, había roto su matrimonio, quería conquistar a Ava...", advierte.

"Y, a pesar de su bajada, remonta -añade su biógrafo- y comienza la etapa más interesante de su carrera, desde los 38 hasta los 50".

Otra vez, en diciembre de 1953, Sinatra se presenta en España supuestamente para descansar y ahí está trabajando Ava. El cantante tuvo que compartir muchas noches de juerga con el torero Luis Miguel Dominguín, según desvela Reyero.

"La prensa de la época no se atrevía a contar que Sinatra había venido buscando a Ava, cuando se presentó en Tossa de Mar (Gerona) en el rodaje de 'Pandora...'. Él se topó con España por Ava y luego vino todo lo demás, hasta que le expulsaron por desacato en Málaga", recalca.

Un expulsión llevada a cabo por el Gobierno de Franco, "que tenía una relación muy diplomática con Hollywood larvada al calor de intereses compartidos, entre los cuales estaba el de ayudar al turismo", dice Reyero.

"La llegada de grandes estrellas a nuestro país, vinculadas a las producciones americanas desde mitad de los cincuenta -continúa-, se ha contado como si aquí aterrizan naves espaciales autónomas", sostiene el autor, quien también cuanta en el libro todo el contexto social y político de la España del momento.

Pero, pese a la permisividad y esa buena relación con las estrellas que venían a España a conocer la noche, los toreros y los tablaos, a Sinatra no le fue bien.

"Siempre mantuvo una actitud contestaría", recuerda el autor. 

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