El príncipe Guillermo parece tenerlo todo
Se desarrolló como un joven disciplinado y educado.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 14 años.
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Contrario a su novia, Kate Middleton, la vida del príncipe Guillermo ha estado bajo el escrutinio público a nivel mundial desde el día de su nacimiento, el 21 de junio de 1982.
Aunque en el mundo hispano se le conoce como Guillermo, su nombre completo es William Arthur Philip Louis. Su familia y amistades le llaman Wills y su fenecida madre, la princesa Diana lo llamaba cariñosamente “Wombat”, nombre de un marsupial australiano.
De pequeño, su parecido físico con su progenitora –la llamada “Princesa del pueblo”- resultaba innegable y de cierta manera sirvió para que los súbditos británicos conectaran emocionalmente con él. Esta conexión, precisamente se volvería más fuerte cuando, en los actos fúnebres de su madre, se le vio caminar detrás del carruaje que transportaba el féretro, como todo un caballerito de sólo 15 años, quien portaba una postal en la mano con la palabra “Mommy” escrita a mano. El lazo entre madre y primogénito había sido muy fuerte en sus primeros años de vida. Dicen los biógrafos de la realeza británica que Diana, en su rebeldía ante la frialdad de la vida de palacio se encargó de que el pequeño Guillermo le acompañara a visitar orfelinatos y que supiera lo que era comer en McDonald’s en busca de que tuviera una niñez sensible y normal.
Pero después del trágico suceso de la muerte de Diana, que sin duda marcó su vida para siempre, Guillermo se desarrolló como un joven disciplinado, educado, con un alto sentido de responsabilidad social y consciente de lo que su familia y sus compatriotas esperaban de él como virtual heredero al trono real.
Libre de escándalos –como los que ha protagonizado su hermano menor Enrique- lo que más se le atribuye es haber sido bastante mujeriego, aunque esto se excusa cuando se toma en cuenta lo atractivo que puede resultar entre las féminas un príncipe guapo como él.
Si de niño se parecía a Diana, de adulto ha comenzado a translucir en él el porte de su padre; aunque también un avanzado problema de calvicie que amenaza con arruinar un poco su aspecto cuando el próximo 29 de abril despose a Kate Middleton, en lo que ya se anuncia como la boda real del siglo.
A Kate la conoció mientras estudiaban en la Universidad de St Andrews en Escocia, tras graduarse del prestigioso Eton College. Allí obtuvo una maestría en Arte y se graduó con honores en una concentración en geografía. De hecho, es el heredero al trono británico con las mejores calificaciones universitarias en toda la historia de la realeza.
Pero si su capacidad intelectual lo convierte en un prospecto idóneo para ser rey, a esto se suma su interés por el tema militar, innegablemente un aspecto esencial para cualquier líder del mundo. Y es que una vez se graduó de la universidad emprendió una carrera militar en la que ha extendido su enlistamiento hasta ser hoy día teniente de vuelo de las Fuerzas Armadas Reales.
Los estudiosos y analistas de la realeza europea ven en la relación entre Guillermo y Kate una historia de amor más creíble que la de los padres del príncipe.
Para empezar, tienen la misma edad. Su padre, el príncipe Carlos, le llevaba 13 años a la princesa Diana. Además, la pareja se ha conocido en el marco de la universidad, con un grupo de amistades en común, distinto al aspecto de matrimonio por acuerdo que rodeó el enlace de sus padres, en el que Diana era presentada como la joven virgen y un tanto ignorante, que se casaba con un príncipe maduro más con el propósito de dar seguimiento a la línea de sucesión real.