Elwood Cruz refuerza su fe a través del Camino de Santiago
El reportero compartió que contempla repetir la experiencia el año próximo.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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Fueron 87 millas de vivencias con la naturaleza y de encuentros con la historia, pero sobre todo, de profunda reflexión.
La emoción acompaña al reportero Elwood Cruz cuando comparte su experiencia sobre su recorrido del Camino de Santiago, que realizó a principios de julio pasado.
Si bien lo había planificado hace par de años junto con su esposa, reveló que las dificultades tras el huracán María, aunado a los problemas de salud que aquejan su voz desde hace meses, pusieron en juego la determinación de cumplir la meta para 2018.
“Eso ya estaba en agenda. Lo que estábamos pensando era ir en fechas que no hiciera mucho calor, ni mucho frío”, reveló a Primera Hora. “Entonces llega María y la condición de salud (distonia por tensión muscular), y ese plan se convierte en una segunda prioridad. Pero nos mantuvimos firmes en buscar algo que nos llenara el espíritu, de estar en contacto con la naturaleza, y ahí es que ella dijo ‘vamos a hacerlo”.
La ruta escogida fue el Camino Portugués. El tramo de siete días en España, que realizó también junto con su hijo de 17 años, comprendió Tui, O Porriño, Arcade, Pontevedra, Caldas del Reis y Padrón y Santiago de Compostela.
Prepararse para las largas horas de caminata, que incluyeron cuestas, superficies pedregosas y resbaladizas, fue una prioridad. “Yo corro, pero el camino requiere un poquito más cardio para tener fortaleza para las cuestas y para trayectos largos caminando”, resaltó el comunicador, quien agregó la importancia de fortalecer la espalda. También, lo acertado de hacer ejercicios de relajación y visualización para complementar la rutina.
El inicio del tramo en Tui, según relató, no le ofreció una naturaleza impresionante a la vista. Pero esto fue variando con el pasar de los días, con paisajes de campos, ríos y viñedos. “Ya en O Porriño y Arcade va cambiando a más verde”.

De hecho, para el tercer día, en el tramo de Arcade, recuerda haber disfrutado de “ver esas edificaciones medievales, construcciones históricas espectaculares”. También, “de las rutas de puentes, de ríos, de mucha vegetación, quebradas hermosas y veredas. Ahí es que empiezo a hacer comunión y te das cuenta de la belleza de la vida, de la creación, y sientes que esto era lo que yo estaba buscando”.

Los días siguientes asomaron más vistas impresionantes, así como una mayor cercanía a su espacio de reflexión. Hasta que llegó el séptimo día, cuando el cansancio y el agotamiento físico dominaron las horas que comprendieron la llegada a la Catedral de Santiago de Compostela.
“Esa es la ruta de llorar en todos los sentidos porque es la ruta más dura, es la que tiene más trayecto en carretera, al sol, pedregoso, y llegó un momento en que yo le decía a mis piernas que caminaran y te juro que no podía moverlas”, mencionó conmovido.

Sin embargo, lo arduo de la peregrinación se vio compensado al culminar su tramo. “Cuando llegas a Santiago de Compostela tienes que pasar un caminito que es como un hierbajo seco. Ahí estás entrando al área de la catedral. Sabiendo que estaba cerca, llegando, ahí empecé a llorar. Como que te viene a la mente todos este flash de imágenes de por qué tú fuiste, con qué esperanzas ibas, con qué expectativas iniciaste, qué se fue soltando, qué ibas dejando, a quién le deseas lo mejor, a quién querías tener en mente para que fuera bendecido”, manifestó. “Cuando llegas, ese último trayecto que está cerca de la catedral, tú dices, ‘esto es para mí, estos pasos son míos para mí’, y subiendo la escalera tú dices, ‘lo lograste’. Es una enorme satisfacción y te juro que te sientes completamente libre y liviano y descansado espiritualmente”.
El periodista compartió que la experiencia no solo cumplió con sus expectativas, sino que las superó.
“Cualquiera diría que yo buscaba sanación. En mi mente decía, ‘los milagros existen’. Yo creo firmemente en los milagros, pero si no se da, de por sí ya yo soy un milagro porque se supone que yo no pudiera hablar como tú me escuchas ahora, así que yo lo que hice fue agradecer ese milagro. Y si por alguna razón se colaba algo por ahí, bienvenido era, pero no iba con esas expectativas”, confesó. “Mis expectativas eran, simplemente, conectarme con el universo, con lo espiritual, y agradecer a la vida un día más y cumplir ese viaje especial que era el Camino de Santiago. También, estar con mi familia, unidos después de María y después de todo tipo de retos en la vida”.
El periodista, quien contempla repetir la ruta el año próximo, reflexionó que “lo más importante es que no importa el camino que recorras, lo importante es que sepas que ese camino es la vida misma”. También, tener presente cada día valorar la experiencia de “vivir a plenitud y disfrutar la vida con todos sus sabores”.
Para conocer más sobre su experiencia, puedes acceder a su cuenta Elwood Cruz Digital en Facebook, Instagram y You Tube.