La presentadora y animadora de televisión Saudy Rivera compartió este martes un mensaje lleno de dolor y emotividad tras la pérdida de sus tres mascotas: Max, Musa y Lola, a quienes describió como parte esencial de su vida y su fuerza emocional.

A través de una sentida publicación en sus redes sociales, Rivera expresó que el amor que se siente por una mascota es “el más puro, fiel, leal y honesto”, y que solo quienes han vivido esa conexión entienden la magnitud del vacío que dejan.

“Soy una guerrera que vive enfrentando muchas luchas y cantazos que solo Dios sabe por qué, pero como su hija me da la fuerza para sobrevivir a ellas aunque con el corazón roto y lastimado”, escribió la comunicadora. “Pero les confieso que perder mis tres perros ha sido un golpe duro al alma”.

Rivera explicó que Max, su primer perro, falleció hace dos años, aunque en ese momento decidió vivir el duelo en silencio. Sin embargo, la reciente pérdida de Musa, a causa del calor, le ha afectado profundamente.

“Max lo perdí hace dos años y me guardé en silencio mucho dolor, mucho llanto y mucha tristeza. Mi amada Musa la perdí hace dos semanas sofocada de calor y qué les puedo decir… La lloro todos los días y la necesito todos los días. Siempre fue mi compañera de batallas”, compartió en las redes.

La animadora también reveló que hace poco murió Lola, madre de Max y Musa, completando una cadena de pérdidas que ha dejado una huella profunda en su corazón.

“Los perdí a los tres y tengo el corazón roto”, expresó Rivera, quien además reflexionó sobre la importancia emocional que tienen las mascotas para muchas personas: “Las mascotas son seres muy especiales. Se aman con el alma porque sus corazones son puros”.

La publicación generó una ola de reacciones de apoyo y mensajes de solidaridad por parte de seguidores, colegas y defensores de los derechos de los animales, muchos de los cuales compartieron experiencias similares de pérdida.

Saudy Rivera concluyó su mensaje con un homenaje al amor incondicional de sus “hijos de cuatro patas”, asegurando que su ausencia será una herida difícil de sanar.