La vida de los famosos suele generar gran impacto en quienes los siguen, sobre todo, si se conocen sucesos que se salen de lo normal. En estos momentos, la atención se enfoca hacia un cantante argentino.

Gustavo Cerati es conocido en la industria musical por su participación en la banda ‘Soda Stereo’. Aunque su popularidad se dio en la década de los 80, en la actualidad, su nombre, sus canciones y su vida personal siguen estando en el radar.

Coghlan es uno de los 48 barrios de la ciudad de Buenos Aires, Argentina. En esta zona vivió Cerati durante dos años. De acuerdo con diversos portales informativos, alquiló una gran casa allí, pero luego fue demolida.

La constructora que compró esta propiedad tenía la intención de realizar edificios en el terreno; sin embargo, quienes trabajaban en la obra se llevaron una sorpresa que interrumpió el curso de sus planes.

Según el medio ‘TN’, el espacio le pertenecía a la artista plástica Marina Olmi. Fue ella quien vendió la casa a la compañía que quería transformarla, pero también la que arrendó el lugar al vocalista de ‘Soda Stereo’ a partir del 2001.

Al excavar, los trabajadores encontraron cosas que no se consideran normales. Los hallazgos fueron: unos huesos, supuestamente de humanos, y algunas pertenencias personales como relojes enterrados.

“Se desprendió un trozo de tierra de la casa lindera y quedaron a la vista lo que aparentarían ser restos óseos humanos”, fueron las palabras del parte policial al que el medio antes mencionado tuvo acceso.

De acuerdo con las declaraciones de los agentes, el arquitecto encargado los contactó para revisar de donde provenía cada cosa. Hasta el momento, se cree que por la antigüedad de los restos, pueden ser producto de lo que antes funcionaba en el lugar.

¿Cómo era la casa y de qué manera era usada antes de que Marina la comprara?

De acuerdo con lo que se supo, anteriormente allí operó un hogar geriátrico. Además de esto, también funcionó la capilla ‘Santa María’ y un establo. Según las declaraciones de Olmi al portal argentino, la casa fue comprada hace más de 30 años a una mujer alemana, Olga Schuddekopf.

“La había hecho el padre de la señora que me la vendió. Hace por lo menos 100 años”, dijo la dueña de la vivienda. Sobre las características de la casa, dijo que era luminosa, amplia y que tenía piscina. También apuntó que tenía un jardín “enorme” y que la había hecho muy feliz.

En cuanto al estado actual del caso, se sabe que la investigación quedó a cargo de la Fiscalía Nacional. Además, se sabe que al inicio intervinieron agentes de la policía científica, mismos que trasladaron lo encontrado para un análisis forense. Según el resultado, el asunto podría pasar a la Justicia Federal.