Venecia, Italia. Oprah Winfrey llegó a Venecia el jueves, encabezando una lista repleta de celebridades que se dan cita en la ciudad de los canales para la boda del fundador de Amazon, Jeff Bezos, con Lauren Sánchez, este fin de semana.

El jet privado de Winfrey aterrizó en el aeropuerto Marco Polo de Venecia. Poco después llegó el exjugador de fútbol americano Tom Brady.

La pareja llegó el miércoles al muelle del Hotel Aman, en el Gran Canal, a bordo de un taxi acuático escoltado por botes de seguridad. Unas horas más tarde salieron discretamente del hotel, con Sánchez luciendo un elegante vestido blanco y negro de un solo hombro.

Los detalles de la ceremonia se han mantenido en estricta confidencialidad, aunque ya parecen haberse confirmado tanto los lugares como la lista de invitados.

Ivanka Trump, su esposo Jared Kushner y sus tres hijos llegaron el miércoles.

Otras celebridades incluidas en la lista de invitados, según dos personas cercanas al evento que hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizadas a hacerlo públicamente, son:

• Kim Kardashian
• Mick Jagger
• Leonardo DiCaprio
• Orlando Bloom
• El fundador de Microsoft, Bill Gates
• Diane von Furstenberg y su esposo Barry Diller
• Katy Perry estaba originalmente entre las invitadas, pero en la última actualización se indicó que no asistiría.

La boda ha dividido opiniones en Venecia. Algunos activistas la han criticado como una forma de explotación de la ciudad por parte del multimillonario Bezos, mientras los residentes enfrentan el exceso de turismo, altos costos de vivienda y la amenaza constante de inundaciones provocadas por el cambio climático.

Un grupo llamado Extinction Rebellion realizó el jueves una pequeña protesta en la Plaza de San Marcos, con una pareja de novios enmascarados y personas portando carteles que denunciaban el cambio climático y la desigualdad económica.

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“El planeta se quema, pero no te preocupes: aquí está la lista de los 27 vestidos de Lauren Sánchez”, decía uno de los letreros, en referencia al supuesto vestuario de la novia para el fin de semana de bodas.

Los manifestantes afirmaron que sus planes de interrumpir la llegada de los invitados a uno de los lugares del evento obligaron a los organizadores a trasladarlo a la zona más segura del Arsenale, lejos del congestionado centro de Venecia.

La administración local ha defendido con firmeza la celebración, argumentando que está en línea con la tradición de Venecia como ciudad abierta que por siglos ha recibido a papas, emperadores y visitantes comunes por igual.

“Siempre respetaremos el derecho a expresarse, pero rechazamos toda forma de intolerancia y prejuicio”, declaró el alcalde Luigi Brugnaro en la edición del jueves del periódico italiano Il Foglio Quotidiano. “Nadie en Venecia puede arrogarse el derecho de decidir quién puede entrar, quién puede amar, quién puede celebrar”.