El primer beso que se dieron Fernando Allende y Mari Mediavilla fue digno de una escena de telenovela.

“Era el Día de San Valentín y estábamos en una discoteca espectacular en Aspen, Colorado, que pertenecía a un amigo mío, que era un conde polaco. Empezamos a bailar I Want to Know What Love Is y Andrew (el dueño del lugar) mandó a abrir el techo de la discoteca para que cayera la nieve sobre nosotros mientras nos besábamos en la pista. ¡Fue algo verdaderamente inolvidable!”, relató Mari tan emocionada como si reviviera el momento.

Desde aquella noche de febrero han pasado 25 años sin que Fernando y Mari se hayan separado, por eso siempre celebran la fecha como si fuera su aniversario. La pareja se casó un año y medio más tarde en una pomposa ceremonia en México con una fiesta que duró varios días.

Curiosamente, Mari había conocido a Fernando a mediados de los años 70, cuando un amigo mutuo se empeñaba en servirles de cupido. Sin embargo, para ese entonces, ella estaba convencida de que su futuro debía ser al lado de un inversionista, no de un artista. Pero el tiempo se encargó de demostrarle que ellos eran el uno para el otro.

“Estamos todo el tiempo unidos, trabajamos juntos y en todos estos años, sólo nos hemos separado seis noches. Entre nosotros no hay egos, decidimos siempre lo que es mejor para la familia y para el negocio. Mientras uno es honesto y ayuda al prójimo, eso te fortalece en los momentos de dificultad, como cuando perdimos todos nuestros fondos de retiro con la devaluación del peso en México en los años 90 y tuvimos que empezar de cero”, reveló la orgullosa madre de Elán (22) y Adán (19), quien es la manejadora y administradora de la carrera de su esposo.

Fernando, quien en su juventud ganó fama de picaflor, confesó que Mari le conquistó no sólo por su belleza sino también “por la seguridad en sí misma que siempre demostró y el respeto que demostraba hacia mi fanaticada, que siempre ha sido tan importante para mí”.

El actor y cantante expresó que con el pasar de los años, la relación con su esposa se ha fortalecido “a través del amor profundo que tenemos por nuestros hijos y el respeto hacia el hogar que hemos formado juntos”.

“El tener un fin común, ser honestos, mantener la promesa de fidelidad, no dar nada por sentado, alimentar el amor día a día y ser detallistas, no sólo el Día de San Valentín ” han sido las claves del éxito para estos eternos enamorados.