Historia de un amor fugaz

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 16 años.
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Uno de los momentos más controvertidos de la segunda temporada de Objetivo fama ocurrió cuando el concursante mexicano Carlos Rubén Salazar se escapó de la casa-estudio para comunicarse con la bailarina puertorriqueña Karla Torres, lo que culminó con su expulsión de la prueba de talento y la eventual boda de ambos al final de la edición.
Pero el romance duró poco. Torres confirmó a Primera Hora que, hace tres años, después de sólo uno de matrimonio, se divorciaron para seguir caminos diferentes.
“Carlos Rubén (hermano de la también concursante Azucena Salazar) y yo nos separamos al año de casarnos. Intentamos restablecer la relación y no lo hice público porque quería que los problemas matrimoniales se quedaran entre él y yo”, comunicó la bailarina vía telefónica desde la ciudad de Orange (California), donde reside.
La rubia agregó que “vivimos un matrimonio muy feliz y la magia que el público vio en Objetivo fama fue real. Carlos Rubén es un muchacho íntegro y bueno, pero en el recorrido del matrimonio nos dimos cuenta que teníamos caminos diferentes”.
“Yo dejé todo por venir acá a California. Tal vez mi error fue entregarme mucho a él y dejé de ser yo. En un matrimonio ambos deben dar el 50 por ciento y al venir acá esperaba un poco más”, agregó la muchacha que formó parte del cuerpo de baile de la academia Danzare, de Estela Vélez. Karla Torres agregó que la familia Salazar siempre la hizo sentir bienvenida.
La chica llegó a la costa oeste de los Estados Unidos con la ilusión de mujer recién casada, sin embargo, allí se ha establecido y, por el momento, no tiene planes de regresar a Puerto Rico.
Según narró, trabaja a tiempo completo como gerente de una compañía financiera.
Allí se desempeña como directora del departamento de finanzas, y ayuda a las personas a consolidar sus deudas.
Pero no ha abandonado su pasión por el baile y las artes. Karla Torres dedica parte de su tiempo a un proyecto comunitario llamado Creative Dance Studio, en Los Ángeles, como parte del cual imparte clases de baile a jóvenes para “alejarlos de los malos pasos”. “La comunidad me paga por mis servicios, pero las clases para los jóvenes son gratuitas”, aseveró.
Karla Torres se preparará en la academia Millenium para desarrollarse en el baile comercial e irse de gira con algún artista.