Karla Monroig con actitud optimista

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 15 años.
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Karla Monroig no suele paralizarse ante las situaciones que sacudan su vida, al contrario, opta por tener una actitud optimista.
Esa postura la tomó cuando nació su sobrino Sebastián con síndrome de Down, cuando su amiga Adamari López enfrentó el cáncer y ante la crisis social y económica del país.
“Lejos de cuestionarme, trato de aprender de las experiencias de la vida. No me estanco en lo negativo ni en el dolor. Gracias a Dios, Adamari está saludable y Sebastián está bien”, expresó la actriz de la recién culminada telenovela Más sabe el diablo antes de la grabación de los anuncios de una campaña de la Fundación Puertorriqueña de Síndrome Down.
La esposa del cantautor Tommy Torres se mostró preocupada por el aumento de la criminalidad y la situación social que se vive en su país. “Estamos totalmente dormidos. No estamos haciendo nada para echar hacia adelante. La única manera en que podemos salir es uniéndonos como pueblo. No esperar que el Gobierno haga todo por nosotros. Es difícil, pero tenemos que cambiar nuestro plan y comenzar en la casa”, reaccionó.
“La conciencia, los valores, la compasión, la humildad y el amor a Dios, a los demás y al planeta es la única manera para construir un mundo mejor”, agregó quien quiso dedicar esta primera parte del año a su labor filantrópica.
Karla Monroig fue más parca en sus expresiones en torno a la huelga indefinida de la Universidad de Puerto Rico, aunque admitió que “estoy inclinada a los estudiantes”.
La actriz adelantó que podría aparecer en una serie en el mercado anglosajón, pero aún no puede revelar los detalles del proyecto. “Ya la oferta se hizo y me fue muy bien”, se limitó a decir al tiempo que vislumbra unirse nuevamente al mundo de las telenovelas.
El anuncio de la Fundación Puertorriqueña de Síndrome Down constará de la interpretación de la pieza Oda a la alegría, de Beethoven, a cargo del virtuoso violinista Henry Hutchinson y el joven Cristian Solivan, de 17 años.
Cuando el adolescente con síndrome de Down y el músico culminan la pieza, entra Karla Monroig con un mensaje que insta a la igualdad.