La importancia del suelo pélvico y cómo fortalecerlo
Unas 40 afecciones se originan por el debilitamiento de esta estructura anatómica.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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Alguna vez debes haber escuchado el término, pero quizá no tienes idea de cómo el suelo pélvico influye en tu bienestar. Sin embargo, el interés desde las áreas de ginecología y urología está aportando un mayor conocimiento sobre su funcionamiento y el impacto de sus alteraciones. Pero antes de seguir es preciso entender qué es el piso o suelo pélvico.
Ubica primero la cavidad pélvica (está entre las caderas, en la parte inferior del abdomen). Si traspasáramos las capas de piel y de tejido adiposo, veríamos que se encuentra rodeada de músculos, ligamentos, tejido conectivo y nervios que semejan una hamaca. La base de esta armazón de tejidos es el suelo pélvico, detalla el ginecólogo César López, médico ginecólogo de la clínica Auna Bellavista, en Perú.
Cada uno de los elementos del suelo pélvico trabaja de manera independiente, pero en sinergia (en conjunto) para mantener los órganos de la pelvis (útero, vagina, vejiga, uretra, recto y ano) en el lugar y función correctos, detalla el médico urológo Jorge Saldaña, del centro Urozen. Si alguno de los componentes de esta estructura se desplaza de su posición (al estirarse durante el embarazo y el parto, por ejemplo) el equilibro se altera y el sistema comienza a fallar.
Unas 40 afecciones se originan por el debilitamiento del suelo pélvico. La incontinencia urinaria es la más frecuente, seguida de estreñimiento, síndrome de dolor crónico pélvico, dolor en las relaciones sexuales y anorgasmia, apunta Saldaña.
¿Cómo fortalecerlo?
Practica los ejercicios de Kegel. Recostada en el piso, y con la vejiga vacía, contrae por 10 o 15 segundos los músculos de la pelvis (sientes que estos se tensan y se desplazan hacia arriba). Hazlo 15 veces, tres veces al día (mañana, tarde y noche), recomienda el doctor López.
Con la práctica podrás realizarlos en cualquier momento del día, ya sea sentada, de pie o recostada en el piso.