La primera boda de Meghan Markle no fue tan glamurosa
De la playa al Castillo de Windsor hay un gran trecho.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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Mucho menos protocolar, pomposa y solemne. Así fue la primera boda de Meghan Markle, celebrada casi siete años atrás, cuando la actriz ni siquiera imaginaba que algún día iba a contraer matrimonio con un miembro de la realeza británica.
Fue el 10 de septiembre de 2011, cuando la pareja decidió formalizar su relación de siete años con una celebración en Jamaica, frente a 100 invitados. "Fue una ceremonia rápida. Apenas 15 minutos y ya estábamos todos en la pista de baile", admitió uno de los invitados sobre la celebración que muy poco tendrá en común con la fastuosa boda que unirá a la exactriz con el príncipe este sábado.
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Para la ocasión, Markle optó por un vestido sin mangas de estilo bohemio, blanco y largo, con escote de muesca. El sencillo atuendo fue acompañado por un cinturón con piedras y brillantes, pero no hubo ni larga cola ni velos. El novio, en tanto, también eligió vestir de blanco, y no utilizó moño, corbata ni saco.
El convite se extendió por cuatro días, en los que los novios disfrutaron de la compañía de familiares y amigos, celebraron informales almuerzos en la playa y hasta organizaron tardes de juegos bajo el sol. Claro, después de todo, gran parte de los allegados de Markle y Engelson habían viajado unas ocho horas en avión para arribar a la boda.
Pero el matrimonio duró muy poco: en agosto del 2013, ambos estaban firmando el divorcio aduciendo "diferencias irreconciliables". Algunos señalan que fue el rol de Meghan en la serie Suits, el mismo que le valió la fama, el que desencadenó la crisis entre ellos. "Trevor estaba instalado en Los Ángeles, al tiempo que Meghan tuvo que mudarse a Toronto. Un vuelo de cinco horas los separaba. Era muy difícil llevar una vida matrimonial de esa manera", señaló una fuente cercana.
El biógrafo de Lady Di, Andrew Morton, adelantó una jugada y publicó un libro contando algunas "perlitas" de la futura esposa del príncipe Enrique. Allí, muestra a la ahora retirada actriz como una mujer calculadora, que siempre soñó con escalar socialmente y que es muy capaz de acudir a la crueldad. A modo de ejemplo, asegura que Markle le hizo saber a Engelson que su matrimonio estaba acabado enviándole por correo su alianza de matrimonio.
Lo cierto es que la relación entre Meghan y su exmarido es buena, aunque él parece estar más que dispuesto a sacarle todo el jugo al amor que alguna vez los unió. Por estos días, el productor prepara una serie en tono de comedia sobre una mujer que, tras abandonar a su marido, viaja a Europa para contraer matrimonio con un miembro de la nobleza británica... ¿casualidad?