En las últimas horas, Kim Kardashian sumó una nueva pieza a su amplia colección de joyas. La influencer compró la Cruz de Attallah, un famoso colgante de amatistas y diamantes utilizado en múltiples ocasiones por la princesa Diana, durante la subasta anual Royal & Noble de Sotheby’s.

La empresaria hizo una oferta de 197,453 dólares (una suma que dobló el valor estimado previo) y finalmente se quedó con este modelo único en su clase, que se destaca por sus amatistas de corte cuadrado, sus diamantes de corte circular y su peso de 5.25 quilates. “Raramente llegan al mercado joyas que la difunta princesa Diana poseía o usaba, en especial una pieza como la Cruz Attallah que es tan colorida, audaz y distintiva”, declaró Kristian Spofforth, el director de la joyería de Sotheby’s de Londres antes de la venta.

Tras asegurar que este colgante simboliza la creciente seguridad de la princesa en sí misma, en sus elecciones de vestuario y joyas, el joyero agregó: “Esta es una pieza de joyería audaz por su tamaño, color y estilo que no puede dejar de hacer una declaración vibrante, ya sea de fe o de moda, o de hecho ambas cosas”. Y luego de hablar de sus cualidades y de su valor simbólico, el empresario mostró su conformidad con el hecho de que Kim Kardashian sea la nueva dueña de este collar. “Estamos encantados de que esta pieza haya encontrado una nueva oportunidad de vida en manos de otro nombre mundialmente famoso”, señaló.

Un colgante con historia

Según el joyero, este colgante fue diseñado en 1920 por la joyería británica Garrard. Éste fue comprado por el difunto Naim Attallah CBE, el ex director ejecutivo del grupo de Asprey & Garrard, quien a menudo solía prestarle esta pieza única a la princesa de Gales. Es que ambos tenían una relación muy cercana. De hecho, fue él quien diseñó su anillo de compromiso en 1981.

Tras asegurar que la cruz solo fue usada por ella y guardada luego de su muerte, Spofforth reveló que una gala benéfica de Birthright de 1987, en Londres (que apoyó el trabajo humanitario de la organización para las mujeres embarazadas y que dieron a luz) fue la ocasión más notable en la que Lady Di la lució. “Llevaba el colgante enjoyado con detalles florales en una larga cadena de perlas y un vestido de terciopelo victoriano de color púrpura real de Catherine Walker”, detalló.

Una colección de mujeres fuertes e icónicas

Fuentes cercanas a Kardashian aseguran que la influencer se siente muy honrada de sumar a su colección esta fina joya utilizada por la recordada princesa. De hecho, en el último tiempo, Kim se ha vuelto noticia por usar modelos o diseños propios de mujeres fuertes e icónicas de la historia que, según ella, la han inspirado. Ejemplo de esto fue cuando, en mayo pasado, asistió a la Met Gala con el mismo vestido de cristales que usó Marilyn Monroe cuando le dio una serenata al entonces presidente John F. Kennedy, en su cumpleaños de 1962.

Tomado del museo Ripley’s Believe It or Not en Orlando, el icónico vestido de seda color champán arrasó con los flashes en la alfombra roja, resaltando sus prominentes curvas. Sin embargo, su homenaje fue más allá de su outfit. Kim redobló la apuesta y se tiñó el cabello de rubio platinado y siguió una dieta sin carbohidratos ni azúcar para encarnarla a esta leyenda de Hollywood en su máximo esplendor.

Y si bien algunos aplaudieron su osadía, otros la criticaron fuertemente por su pérdida de peso y por usar la icónica prenda en este evento de Nueva York. De hecho, se rumoreó que la mediática había dañado el modelo, algo que inmediatamente fue desmentido por el museo de Florida. Por su parte, Kardashian comparó su transformación con la de cualquier actor a la hora de encarnar un papel: “Christian Bale puede hacerlo para un papel en una película y eso es aceptable. Incluso Renée Zellweger ganó peso para un papel. En este caso es lo mismo”, le dijo a New York Times en ese momento.