Desde la antigüedad existen los tatuajes y, aunque los estereotipos todavía permean en nuestra sociedad en torno a esta expresión, se han puesto de moda y forman parte del estilo y personalidad de muchos profesionales, modelos y celebridades del mundo de la farándula.

Los tatuajes ya no son visualizados sólo como un arte que lucían los marineros y presos, pues así lo han dejado establecido figuras de la talla de Ricky Martin, Angelina Jolie, Alejandra Guzmán, Ivy Queen, Kate del Castillo, Julián Gil, y aunque exagerado también, el modelo canadiense Rick Genest alias “Zombie Boy”, quien aparece en el nuevo vídeo de Lady Gaga, Born This Way.

La razón por la que las personas lucen esta particular estética corporal puede variar y va más allá de un simple acto de rebeldía; así lo expresan Ismael Flores y Félix “Felo” Laboy, integrantes de la banda de rock Algarete, el reguetonero De la Ghetto y el tatuador Jaime Batista, quienes marcaron su cuerpo por gusto y decisión propia.

Según De la Ghetto, hacerse un tatuaje molesta, pero es adictivo porque luego que te haces el primero quieres seguir marcando más la piel. Felo Laboy, asimismo, recalca que “sentí dolor y la emoción de que quedaría brutal después”.

Jaime Batista, quien produce la actividad 4th SD Tattoo Art Convention que será el fin de semana del 11 y 12 del corriente en el Centro de Convenciones de San Juan, siente que la gente se tatúa por gusto propio o por motivos familiares, dibujándose el rostro de sus familiares queridos, como es el caso de René Pérez de Calle 13, quien lleva el rostro de su madre, Flor Joglar, en uno de sus brazos.

De igual manera, indica que muchas personas cometen el error de tatuarse el nombre de su pareja porque “está comprobado, y le puedes preguntar a cualquier persona que, te tatúas el nombre de tu pareja y se sala la relación al punto que te dejas de esa persona al poco tiempo. Luego ves al cliente viniendo para cambiarse el tatuaje y es bien difícil porque no todos los tatuajes se pueden cubrir”.

Entre risas, Felo, Ismael y De la Ghetto manifiestan coincidir con Jaime Batista y aseguran que en la ornamentación de sus cuerpos no aparecen escritos los nombres de sus parejas ni ex parejas.

De la Ghetto revela a Primera Hora que “nunca me ha pasado eso por la mente”. Mientras, Ismael Flores reveló que “tengo panas que los tienen escritos y siguen, al menos eso es lo que aparentan, o no se lo quitan porque no tienen el dinero (ríe)”.

Jaime Batista, por cierto, se está borrando con láser un símbolo que se había hecho en su muñeca izquierda y ha sido un proceso que describe como doloroso.

Desde chiquito quería tatuarse

El exponente de reguetón De la Ghetto confiesa que siempre soñó con tatuarse y cuando adolescente decía que si se pegaba en la música lo haría y, como sucedió formando un dúo con Arcángel, en 2001 marcó su hombro con una letra china que significa orgullo y honestidad.

Luego siguió haciéndose más con un símbolo de su compañía Masacre Musical, un samurai con la cabeza picada que para él, “simboliza que no importa lo que te pase en tu vida, estás vivo y sigues guerreando”.

En sus planes está tatuarse el rostro de su mamá, quien falleció por cáncer, en uno de sus costados y también quiere dibujarse la cara de su difunto padre en el otro costado.

Víctimas del prejuicio

Haberse tatuado le trajo problemas y prejuicio a Ismael Flores y a Felo Laboy, quienes se desempeñaron en un tiempo breve de sus vidas como maestros.

Pero como no les importó, siguieron marcando su cuerpo, dejando la educación a un lado para dedicarse de lleno a la música con su agrupación rockera Algarete.

El vocalista, que tiene 38 años, y el bajista, que tiene 37 años, por cierto, promocionan el sencillo Yolanda de su disco por salir 3-Ca....

Felo Laboy, quien trabaja como entrenador personal y en un pasado fue profesor de música, hace más de 10 años se tatuó en chino los nombres de su hija Alanis Delize. Otro de sus dibujos refleja un accidente que tuvo y el símbolo, dice, que es de agradecimiento a Dios.

“Me siento estúpido porque no tengo tantos tatuajes como ellos”, manifiesta a tono de vacilón Felo Laboy al referirse a sus colegas presentes en esta entrevista.

Ismael Flores, por su parte, quien laboró por un año como maestro de inglés, cuenta que el primer diseño que se hizo fue un tribal en su brazo derecho hace una década.

“Por poco mami me mata. Y no tengo arrepentimiento por hacerlo”, sostiene la voz principal de Algarete.

Se hizo otro que dice “talento callejero”. También lleva los nombres de sus hijos Iverson y Lismal.

“Cuando tuve a mi primer hijo fue una jo... porque sentí el rechazo y la presión. Todos mi panas me decían: ‘ahora sí que te jo....’ Y les dije, pues como ahora estoy jo... me hago otro. Y como tuve una nena me hice un micrófono con un símbolo que significa más pampers y más comida. Y me hice otro con unos palitos y raíces porque empecé en la música tocando batería”, precisa el artista que tiene seis tatuajes en total.

Un arte y un mundo

Con 29 años de edad, Jaime Batista, también conocido como “Jaime Skin”, cuenta con su revista Skin Magazine la que nació a raíz de su tesis Cómo afecta el diseño gráfico al mundo del tatuaje como parte de su maestría en Atlantic College.

Pero como quería conocer del mundo de los tatuajes se sumergió en ese mundo y en hacer perforaciones o piercing, en la piel.

Luce ocho tatuajes, un Anubis en la costilla, la cara de un indio, que es la de su abuelo, el rostro de una gitana realizado por el artista Mota, varios símbolos egipcios, una cruz egipcia, y en el empeine del pie derecho, un escarabajo que asegura que le dolió mucho.

Jaime Batista se siente motivado con la convención de tatuajes del próximo fin de semana porque espera se den cita de 105 a 110 tatuadores y recalca que es “la más grande del Caribe”.

Quiso aprovechar esta entrevista para expresar que es lamentable que la licencia de arte corporal del Departamento de Salud en la Isla, “no se entiende y no está bien hecha y preparada; la hizo una enfermera. Se siente un prejuicio porque siempre están encima de los tatuadores de sus negocios) y no les dicen nada a los que están en la esquina tatuando sin licencia”.