En un momento de su existencia, la nueva Miss Universe Puerto Rico 2010, Mariana Paola Vicente Morales, pensó que los certámenes eran un evento frívolo y superficial.

Pero, cuando pisó una pasarela cambió su opinión, porque más allá de tener los ojos de todos encima de ella, le permitió conocerse.

Ese proceso de reflexión consigo le ayudó a sentirse segura y firme ante el trago amargo de los abucheos la noche del concurso, que se celebró en el Centro de Bellas Artes de San Juan.

“Soy una persona fuerte y firme, no perdí la sonrisa. Lo que hicieron (las personas que abuchearon) fue alimentarme para sentirme más segura, porque quería convencerlos de que estaban equivocados”, dijo la representante de Río Grande, de 20 años de edad, en su primera conferencia de prensa.

En el momento de la pregunta final en la que la joven contestaría si las redes sociales han afectado las relaciones interpersonales, hubo muchos abucheos. Mariana hizo una pausa en su contestación y los gritos se apoderaron de la sala. No fue una decisión de ella, sino del animador Luisito Vigoreaux, según confesó la beldad.

“Luisito me dijo que tomara una pausa. No me desconcentró, es que no me escuchaba… Me hubiera gustado abundar, pero no estaba nerviosa. Esperé a que terminaran para luego dar una contestación firme y precisa”, reaccionó la joven, quien estuvo acompañada de sus padres, Isayma Morales y Ramón Vicente. Estuvieron también sus hermanos Ramón Vicente (15), Claudia Sofía (13) y Sebastián Vicente (10 meses). Este último su padre lo procreó con Rossy Díaz.

La aspirante a actriz y cantante admitió que la intolerancia se ha convertido en uno de los problemas principales del país. “Falta tolerancia y sí es uno de los problemas que tenemos. Debemos aprender a respetar las diferencias y ser más tolerantes. Los certámenes y los deportes tienen un sentido nacional, así que sé que eventualmente me apoyarán. No me molestó”, reiteró en referencia a los abucheos.

Sobre su primera noche como Miss Universe Puerto Rico dijo que no pudo dejar de apreciar la corona.

“Puse la corona encima de una almohada y la miré un rato. Creo que es parte de mi cabello. Está hecha para mí”, comentó la primera reina bajo la tutela de Luisito Vigoreaux y Desirée Lowry, al asegurar que aún cree que está “durmiendo y soñando”, y se siente como una “princesita”.

Mariana comenzó estudios en administración de empresas con concentración en finanzas, pero optó por no terminar el bachillerato y tomar cursos de ballet, hip hop, canto, pintura y actuación. Entonces, descubrió que forjará una carrera en la actuación.

Mínima la preparación

La tenedora de la franquicia local, Desirée Lowry, admitió que Mariana no enfrentará cambios físicos mayores como parte del proceso de preparación para el certamen internacional, aún sin fecha y destino, aunque se ha mencionado a Egipto.

“Es prepararla más en lo que ha trabajado en su vida. No será arduo. En los pasados meses, he visto que tiene disciplina y enfoque. Es hermosa, así que los cambios de imagen serán mínimos. Nos encanta su naturalidad y su proyección es excelente por el mundo de la pasarela, pero hay que hacer ajustes porque no es lo mismo ser una reina”, dijo la empresaria y animadora.