Miguel Ángel Álvarez se despidió de este mundo el 16 de enero de 2011.

Fue sólo una partida física porque muchos recuerdan a “Johnny el Men”, personaje que logró destacarse en la televisión y el cine.

Incluso, según rememoró su compañera en los últimos años de vida del actor, Milagros Rivera, él había perdido su nombre real porque amigos, vecinos, seguidores y compañeros de trabajo lo llamaban “Johnny el Men”.

El director, actor, productor y escritor formó parte del grupo selecto de talentos locales que ha sobresalido en el teatro, el cine nacional e internacional, la televisión y la radio.

El intérprete fue de los pocos actores del país que saborearon del auge del cine nacional, latinoamericano y estadounidense en los años 60 y 70.

“‘Cantinflas’ lo vio en un pietaje y dijo que quería trabajar con esa persona de Puerto Rico. Lo invitó a ser el coprotagonista”, recordó Rivera sobre la participación de su compañero en el filme mexicano El señor doctor, junto con el popular Mario “Cantinflas” Moreno.

“Él hacía el papel dramático y ‘Cantinflas’ el de cómico. Ahí, nació una amistad muy linda. Miguel llegó a quedarse en la casa de él”, comentó.

El filme mexicano fue uno de los 34 que realizó el actor, quien, además, firmó un contrato de exclusividad con la compañía Columbia Pictures por 14 años, lo que le permitió engrosar su experiencia en el cine. Su última cinta fue Maldeamores (2007).

Hasta sus 74 años de edad, el recordado talento de La tiendita de la esquina, El barrio cuatro calles y El kiosko Budweiser se mantuvo trabajando, específicamente en el Taller Dramático de Radio de WIPR, donde laboró por 17 años.

Precisamente, antes de descansar en el cementerio Santa María Magdalena de Pazzis en el Viejo San Juan, Miguel Ángel Álvarez se distinguió por defender los derechos de la clase artística.

“Era un defensor de su gente. Recuerdo que fue a una de las marchas, a pesar de que tenía una celulitis, para abogar con su gente. Él murió con eso. Lo último que hizo fue abogar por los derechos de la clase”, mencionó Rivera, quien describió a Álvarez como un actor muy estricto con sus interpretaciones.

“Me pedía que me sentara en un lugar específico del teatro para que escuchara a la gente hablar sobre sus personajes. Él cuidaba mucho su nombre. Decía que eran muchos años de trabajo y sacrificio para tirarlos por la borda”, agregó Rivera sobre el actor de la comedia radial Agapito's Place.

Aunque pareciera que Miguel Ángel Álvarez cubrió todas las bases artísticas, Rivera dijo que partió sin tener en sus manos el libro Las cosas que nunca publiqué.

Este texto, escrito por el actor, recoge sus primeros pasos artísticos en la emisora de radio WENA como locutor, su incursión en el teatro de la mano de Francisco Arriví y su crianza con su madre Mercedes Álvarez.

El artista incluyó también una galería de fotografías en las que aparece acompañado de figuras como Jacobo Morales, Mario Moreno “Cantinflas”, José Luis “Chavito” Marrero, Catalino “Tite” Curet Alonso, Awilda Carbia, Pucho Fernández, Edith Cabrera y otros.

De manera sencilla y sin pretensiones de lucir como un intelectual, el actor compartió sus poemas inspirados en Tite Curet Alonso, Filiberto Ojeda Ríos, José Miguel Agrelot, Pucho Fernández y Ramón Ortiz del Rivero (“Diplo”), entre otros, y escritos de corte patriótico. También escribió sobre sus encuentros con figuras del mundo político. Sin dejar cabos sueltos de la gama de proyectos, Publicaciones Gaviota adjuntó al libro un devedé con dos películas, Bello amanecer y Me casé con un cura.

“Desde marzo de 2010, comenzó sus primeros escritos del libro. Miguel Ángel era brillante. Estaba muy contento, pero murió días antes de ver el libro. Murió domingo y el martes próximo se reuniría con Publicaciones Gaviota porque el libro había llegado a Puerto Rico”, rememoró Rivera sobre el texto que está a la venta en distintas librerías.

Rivera dijo que al actor se le quedaron como asignaturas pendientes un documental sobre los inmigrantes puertorriqueños y la realización de un musical en el teatro.