El mes de marzo trae terribles recuerdos a la memoria de Myraida Chávez.

Hace dos años, exactamente el día 22 de este mes, perdió a su madre, la inolvidable comediante Awilda Carbia. El 19 de marzo del año pasado se divorció de José R. Ortiz, conocido como “Chiquitín”, quien fue su esposo por 25 años. Y como si no fueran suficientes las pérdidas, este año también se quedó sin trabajo, tras la cancelación del programa Contigo, que coanimaba junto a la actriz Lynette Torres, en el Canal 6.

“Han sido unos años terribles”, reconoce la animadora al reflexionar sobre su vida.

“Mamá sufrió mucho mi separación, pues quería a Chiquitín como si fuera su propio hijo”.

Myraida afirma que se considera una mujer fuerte ante la adversidad.

“Eso no quiere decir que no llore, que no me angustie, que no me deprima… pero han sido etapas sumamente duras. La muerte de mami fue peor que el cáncer que sufrí hace 26 años. Es algo que aún no he podido superar. La lloro constantemente y me hace una falta enorme. Conmigo tengo sus cenizas, aquí en mi casa porque no he encontrado cómo llevarlas a donde están enterrados sus padres y mi titi Vilma, tal como ella quería, porque no encuentro como desprenderme de ella”, dice, como un susurro y con evidente congoja.

Aunque su madre le dejó la sonrisa, como a todos que la admiraron como la “Primera Dama de la Comedia”, para Myraida ha sido muy difícil aceptar su muerte. Es por eso que aún mantiene intacto el apartamento donde vivía su progenitora, con todas sus pertenencias en el mismo lugar donde aquella las dejó.

“Lo único que hice fue quitar las cosas de su tocador y voy a cada rato a darle mantenimiento y busco cosas como si ella estuviera allí y me las prestara”, dice.

El dolor de esa pérdida no lo compara con su divorcio porque “la separación fue algo que se dio con el tiempo. Hablamos, tratamos de salvar la relación, pero no se pudo y gracias a Dios hemos quedado en buenos términos”.

Myraida está dedicada por entero a su hija Myriana, aunque no se cierra a un nuevo amor.

A todas estas pruebas se suma el haber perdido su trabajo. Pero está convencida de que las cosas pasan “cuando tienen que pasar.

“Llevo catorce años en WIPR y he sobrevivido a todas las administraciones. Entendíamos que teníamos el apoyo del Presidente (Ray Cruz), al menos eso creíamos. Pero no deja de resultar increíble que cancelan el programa aquí pero lo siguen transmitiendo por WAPA América. En términos económicos, me tomó desprevenida”, acepta.

“Pero no estoy sola; tengo a mi hija, Myriana Awilda, quien tampoco deja de recordar a su abuela.

“Ellas dos eran uña y carne. Cuando mi hija era más chiquita, le decía a mamá: ‘vamos pa’l cuarto de los monstruos’, refiriéndose a la habitación donde ella guardaba los vestuarios de sus shows”, recuerda con melancolía.