Muere Brigitte Bardot quien fue considerada un símbolo sexual de la década de 1960
Tenía 91 años.

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Brigitte Bardot, el símbolo sexual francés de la década de 1960 que se convirtió en una de las grandes figuras del cine del siglo XX y más tarde en activista por los derechos de los animales y partidaria de la extrema derecha, ha fallecido. Tenía 91 años.
Bardot murió el domingo en su casa en el sur de Francia, según Bruno Jacquelin, de la Fundación Brigitte Bardot para la protección de los animales. En declaraciones a The Associated Press, no proporcionó una causa de muerte, e indicó que aún no se han hecho arreglos para los servicios funerarios ni conmemorativos. Había sido hospitalizada el mes pasado.

La actriz se convirtió en una celebridad internacional como una novia adolescente sexualizada en la película “Y Dios creó a la mujer”, de 1956. Dirigida por su entonces esposo, Roger Vadim, la cinta desató un escándalo, ya que incluía escenas de la beldad de largas piernas bailando desnuda sobre mesas.
En el apogeo de una carrera cinematográfica que abarcó unas 28 películas y tres matrimonios, Bardot llegó a simbolizar una nación que se desprendía de la respetabilidad burguesa. Su cabello rubio despeinado, su figura voluptuosa y su irreverencia sensual la convirtieron en una de las estrellas más conocidas de Francia.
Tal fue su atractivo generalizado que en 1969 se eligieron sus facciones para ser la modelo de “Marianne”, el emblema nacional de Francia y el sello oficial galo. El rostro de Bardot apareció en estatuas, sellos postales e incluso en monedas.
“Estamos de luto por una leyenda”, escribió el presidente francés Emmanuel Macron en la red social X.
La segunda carrera de Bardot como activista por los derechos de los animales fue igualmente sensacional. Viajó al Ártico para denunciar la matanza de crías de foca; condenó el uso de animales en experimentos de laboratorio, y se opuso a los rituales musulmanes de sacrificio.
“El hombre es un depredador insaciable”, declaró Bardot a The Associated Press en su cumpleaños 73, en 2007. “No me importa mi gloria pasada. Eso no significa nada ante un animal que sufre, pues no tiene poder ni palabras para defenderse”.
Su activismo le granjeó el respeto de sus compatriotas, y en 1985 fue galardonada con la Legión de Honor, el máximo honor que otorga la nación.
Un giro hacia la extrema derecha
Sin embargo, más tarde cayó en desgracia ante la opinión pública cuando sus críticas por la falta de protección hacia los animales tomaron un tono decididamente extremista. Con frecuencia denunciaba la afluencia de inmigrantes a Francia, especialmente musulmanes.
Fue declarada culpable cinco veces en tribunales franceses de incitar al odio racial, en incidentes inspirados por su oposición a la práctica musulmana de sacrificar ovejas durante festividades religiosas anuales como el Eid al-Adha.
El matrimonio de Bardot en 1992 con su cuarto esposo, Bernard d’Ormale —exasesor de Jean-Marie Le Pen, exlíder del Frente Nacional—, contribuyó al cambio en su posición política. Describió a Le Pen, un nacionalista declarado con varias declaraciones de culpabilidad por racismo, como un “hombre encantador e inteligente”.
En 2012, escribió una carta en apoyo de la candidatura presidencial de Marine Le Pen, quien ahora lidera el partido de su padre, que ha sido renombrado Agrupación Nacional. Le Pen rindió homenaje el domingo a una “mujer excepcional” que era “increíblemente francesa” .
En 2018, en el apogeo del movimiento #MeToo, Bardot dijo en una entrevista que la mayoría de las actrices que protestaban contra el acoso sexual en el sector cinematográfico eran “hipócritas” y “ridículas” porque muchas se hacían las “coquetas” con los productores para conseguir papeles.
Dijo que ella nunca había sido víctima de acoso sexual y que encontraba “encantador que le dijeran que era hermosa o que tenía un lindo trasero”.
Una infancia privilegiada, pero “difícil”
Brigitte Anne-Marie Bardot nació el 28 de septiembre de 1934, hija de un acaudalado industrial. Niña tímida y reservada, estudió ballet clásico y fue descubierta por un amigo de la familia, quien la puso en la portada de la revista Elle a los 14 años.
En una ocasión Bardot dijo que su infancia había sido “difícil”, y narró que su padre imponía una disciplina muy estricta y a veces la castigaba con un látigo para caballos.
Pero fue el productor de cine francés Vadim, con quien se casó en 1952, quien vio su potencial y escribió “Y Dios creó a la mujer” para exhibir su provocativa sensualidad, un cóctel explosivo de inocencia infantil y sexualidad cruda.
La película, que retrataba a Bardot como una recién casada aburrida que se acuesta con su cuñado, tuvo una influencia decisiva en los directores Jean-Luc Godard y François Truffaut, ambos de la Nueva Ola, y llegó a encarnar el hedonismo y la libertad sexual de la década de 1960.
La cinta fue un éxito de taquilla y convirtió a Bardot en una superestrella. Su puchero juvenil, su cintura diminuta y su generoso busto a menudo fueron más apreciados que su talento.
“Es una vergüenza haber actuado tan mal”, expresó Bardot sobre sus primeras películas. “Sufrí mucho al principio. Realmente me trataron como si fuera menos que nada”.
El descarado romance fuera de pantalla de Bardot con el coprotagonista Jean-Louis Trintignant conmocionó aún más a la nación. Eliminó las fronteras entre su vida pública y privada, y la convirtió en un codiciado premio para los “paparazzi”.
Bardot nunca se adaptó a la fama. Culpó a la constante atención de la prensa por su intento de suicidio a los 10 meses del nacimiento de su único hijo, Nicolas. Los fotógrafos habían irrumpido en su casa apenas dos semanas antes de que diera a luz para tomar una foto de ella embarazada.
El padre de Nicolas era Jacques Charrier, un guapo actor francés con quien se casó en 1959 pero que nunca se sintió cómodo en su papel de señor Bardot. Pronto, la actriz entregó a su hijo a su padre, y más tarde dijo que había estado crónicamente deprimida y no estaba preparada para las responsabilidades de ser madre.
“Estaba buscando raíces entonces”, señaló en una entrevista. “No tenía ninguna para ofrecer”.
En su autobiografía de 1996, “Initiales B.B.”, comparó su embarazo a “un tumor creciendo dentro de mí” y describió a Charrier como “temperamental y abusivo”.
Bardot se casó con su tercer esposo, el millonario playboy alemán Gunther Sachs, en 1966, pero la relación nuevamente terminó en divorcio tres años después.
Entre sus películas están “Una parisina” (1957); “En caso de desgracia”, que protagonizó en 1958 con la leyenda del cine Jean Gabin; “La verdad” (1960); “Vida privada” (1962); “Un idiota adorable” (1964); “Shalako” (1968); “Mujeres” (1969); “El oso y la muñeca” (1970); “Boulevard del ron” (1971); y “Don Juan” (1973).
Con la excepción de la aclamada “El desprecio” de 1963, dirigida por Godard, las películas de Bardot rara vez tenían tramas complicadas. A menudo eran vehículos para mostrar sus curvas y piernas con vestidos ligeros o retozando desnuda al sol.
“Nunca fue una gran pasión para mí”, dijo sobre el cine. “Y a veces puede ser mortal. Marilyn (Monroe) pereció por eso”.
En 1973, Bardot se retiró a su villa en la Riviera, en St. Tropez, a los 39 años después de actuar en “El hombre que amaba a las mujeres”.
Reinventándose en la mediana edad
Una década después resurgió con una nueva personalidad: defensora de los derechos de los animales. Tenía arrugas en el rostro y su voz era ronca tras años de fumar en exceso. Abandonó su vida de jet-set y vendió recuerdos de películas y joyas para crear una fundación dedicada exclusivamente a la prevención de la crueldad hacia los animales.
Su activismo no conocía fronteras. Instó a Corea del Sur a prohibir la venta de carne de perro, y en una ocasión le escribió al presidente estadounidense Bill Clinton, preguntándole por qué la Armada de ese país recapturó dos delfines que había liberado.
Criticó tradiciones deportivas centenarias francesas e italianas, incluido el palio —una carrera de caballos con reglas muy permisivas—, e hizo campaña en nombre de lobos, conejos, gatitos y tórtolas.
“Es cierto que a veces me dejo llevar, pero cuando veo lo lento que avanzan las cosas... y a pesar de todas las promesas que me han hecho todos los diferentes gobiernos juntos, mi angustia se apodera de mí”, declaró a la AP cuando se le preguntó sobre sus declaraciones de culpabilidad por incitación al odio racial y su oposición al sacrificio ritual musulmán.
En 1997, varias ciudades retiraron estatuas de Marianne inspiradas en Bardot —la estatua de pecho desnudo que representa a la República Francesa— después de que la actriz expresara sentimientos contrarios a los inmigrantes. Ese mismo año recibió amenazas de muerte luego de pedir la prohibición de la venta de carne de caballo.
En una ocasión, Bardot indicó que se identificaba con los animales que intentaba salvar.
“Puedo entender a los animales cazados por la forma en que yo fui tratada”, señaló. “Lo que me pasó fue inhumano. Estaba rodeada constantemente por la prensa mundial”.

