Nostalgia: Las cantantes y sus muñecas
Jailene Cintrón fue la primera en lanzar una muñeca en Puerto Rico, llenando de ilusión a las chicas y los fanáticos.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 13 años.
PUBLICIDAD
“¿Quién no sueña con tener a su artista favorito en casa?”. Con esa pregunta retórica, Jailene Cintrón reflexiona acerca de la fiebre que se desató en los años 1997 y 1998, cuando se convirtió en la primera cantante puertorriqueña en tener su propia muñeca. Un año después, le siguieron los pasos su colega merenguera Olga Tañón y la entonces popera Dayanara Torres.
Jailene Cintrón cuenta que su versión en miniatura surgió como una idea del presidente de Suárez Toy House, Roberto Chaparro. El ejecutivo la contactó luego de comisionar una investigación de la que se desprendió que las niñas puertorriqueñas la preferían a ella para estrenar el nuevo método de hacer juguetes que se había iniciado en Japón ese año.
“Me emocioné cuando vi la encuesta y supe que la gran mayoría de las niñas me tenían cariño y querían tenerme con ellas”, relató emocionada la ahora anfitriona del programa matutino En ruta, de la emisora radial Nueva Vida, y el espacio educativo Desde mi pueblo, por el canal 24.
De hecho, el éxito en ventas fue tanto que la compañía la honró con lo que sería el equivalente a un disco de oro.
“Me dieron la sorpresa de que se vendieron 40,000 muñecas y me dieron La Muñeca de Oro. Era la primera muñeca que vendía tan rápido. De ese momento guardo un lindo recuerdo”, rememora Jailene.
La intérprete opina que el juguete inspirado en ella fue un instrumento para unir a las familias y fomentar la amistad entre las niñas.
“Cuatro niñas podían agarrarse de las manos alrededor de la muñeca y, con tan sólo tocarle las manitas, ella (la muñeca) empezaba a cantar”, describe Jailene Cintrón.
Para la artista, haber sido pionera en esta modalidad “es un orgullo”.
“Han pasado ya casi 20 años y que la gente se te acerque y recuerde ese momento en que me llevaban en helicóptero a las tiendas para firmar las muñecas... Eso es algo increíble que agradezco con el corazón. Fue un privilegio, un honor que me dieran esa oportunidad”, establece la voz de Sólo por ti y Pero no.
Carlos Alberto puso su estilo
Una muñeca puede ser para coleccionar, pero también para jugar con ella, lo cual incluye peinarla, fingir que habla y, por su puesto, cambiarle la ropa.
Las de Jailene Cintrón, Olga Tañón y Dayanara Torres no fueron la excepción en este sentido.
Jailene Cintrón comenta que la suya, que fue la primera, contó con los diseños de Carlos Alberto.
“En ese momento (1997), él me diseñaba los vestuarios como cantante, y también se encargó de los de la muñeca”, relata la solista.
Pero el diseñador puertorriqueño no fue el único en aportar su creatividad a la silueta de la muñeca. ¿Quién mejor que la fanaticada para hacerlo? De ahí que en el extinto programa televisivo A reír y a gozar se hicieran competencias de quién la vestía mejor para su boda.
“Me encontré recientemente al que ganó el segundo lugar y fue hermoso recordar ese tiempo”, acota Jailene.
Un “proyectazo”
Hacer muñecas no es fácil. Jailene Cintrón cuenta que la suya tardó casi un año en crearse.
El concepto El proceso comenzaba con reuniones en las que se discutían la imagen y las propiedades especiales que tendría la muñeca, como cantar.
El tamaño En el caso de la de Jailene, que fue la primera, se hizo en un tamaño mucho más grande que la tradicional “Barbie” para que pudiera cantar con sólo rozar sus manos.
El Yeso Luego de tener el concepto finalizado, el siguiente paso era tomar moldes de yeso al rostro de la artista. Ese molde se enviaba a Japón, donde se probaban patrones y se escogía el más parecido.
La producción Por último, se fabricaba en masa la muñeca y se distribuía en Puerto Rico.
“Ojalá se pueda despertar esa época en la que valía la pena que las niñas imitaran a las artistas y provocábamos la unión familiar”, concluye Jailene.