Evocar los años en los que se dio a conocer en la televisión puertorriqueña a través de numerosos pasos de comedia hace varias décadas, lleva a la actriz argentina Raquel Montero a rememorar cuánto disfruta hacer reír.

La artista repasa la buena química y el compañerismo que prevalecía cuando en la década de los 70 y 80 trabajó en programas televisivos como Soltero y sin compromiso, Mi hippie me encanta, Estudio alegre, La pensión de doña Tere, En casa de Juanma y Wiwi y El show de las 12, entre una amplia lista de oportunidades donde se desempeñó en Puerto Rico tras su llegada en 1969 desde su natal Buenos Aires, Argentina.

Su talento dramático lo demostró en obras como La casa de los espíritus, La dama del alba y Bodas de sangre, entre una amplia lista de puestas en escena. También, en telenovelas como Karina Montaner, Tanairí, Andrea, Preciosa, Cadenas de amor y Para Elisa, por mencionar algunas. Pero provocar risas es lo que más ha disfrutado dentro de su campo profesional.

“Soy muy afortunada. Muchas veces me han preguntado qué me gusta más, si el drama o la comedia. A mí lo que me gusta es precisamente eso, la diversidad de tener la oportunidad de hacer ambas cosas, pero haciendo comedia me siento como pez en el agua”, sostuvo la artista, quien se mudó a la Isla a sus 25 años de edad junto con su entonces esposo, el fallecido cantautor argentino Tony Croatto, padre de sus hijos Alejandro (quien nació en Argentina) y Mara (en Venezuela). La llegada al País fue motivada por la contratación al intérprete y a su hermana Nelly, por parte del productor Paquito Cordero.

“Es algo que se me da natural, y tuve mucha suerte porque trabajé con los mejores comediantes de este país”, sostuvo enfática. “Trabajé con Yoyo Boing, con José Miguel Agrelot, Pucho Fernández, los compañeros ‘Machuchal’ (Adalberto Rodríguez), Shorty Castro, Juan Manuel Lebrón, los compañeros de Los kakukómicos’. Era feliz trabajando con todos ellos, y todos tenían una manera diferente de trabajar, y yo encantada”.

Al referirse a sus intervenciones en Los kakukómicos, confiesa cuánto echa de menos aquellos años. “Extraño todo. La verdad que lo pasamos muy bien. Creo que una de las bases del éxito que tuvo (Los) kakukómicos era lo bien que nos llevábamos. Improvisábamos mucho. Había mucha empatía entre todos nosotros. Siempre me pregunté por qué salió del aire porque teníamos buen rating, 10 años al aire”, resaltó con nostalgia, y repasó su experiencia como actriz de reparto.

“Yo nunca fui la figura central de las comedias de Los kakukómicos, siempre era apoyando. Entonces, el libreto me fue dando idea de qué hacer con cada personaje. Con Juanma (Juan Manuel Lebrón), por ejemplo, yo hacía un personaje que era ‘Teté’, que era una mujer voluptuosa. Me ponía unos senos de relleno bien grandes y un fondillote y jugábamos con eso”, rememoró, y dentro de su experiencia actoral recordó su personificación sobre la argentina “que era medio novia de ‘Reguerete’”, a cargo de Otilio Warrington (Bizcocho). “Eran personajes que pudieron haber sido fugaces, pero se quedaron”.

Uno de los más recordados es el de “Tesoro” en el sketch que la presentaba como esposa de “Toribio Tauro” (Adrián García), y con Juan Manuel Lebrón en el papel de amante en Los kakukómicos. “A Adrián y a mí la gente nos ha asociado desde siempre, y al día de hoy hay gente que de vez en cuando me ve y me reconoce y me pregunta dónde está Adrián, dónde dejaste a Adrián, y a él le pasa lo mismo, le preguntan por mí”, afirmó entre risas. De aquellos años, rememoró cuando la caracterización de “Tesoro” no fue bien recibida por todos.

“La preocupación me la hicieron sentir porque yo era una mujer infiel. Entonces, por ejemplo, antes de que empezara (Los kakukómicos) en esa época yo hacía los comerciales de la ya difunta Mueblerías Mendoza. Era la ‘Señora Mendoza’ y de momento el productor de estos comerciales me llamó y me dijo ‘Raquel, no te puedo seguir usando porque una mujer infiel no puede ser la imagen de Mueblerías Mendoza’”. La organización cívica-religiosa Morality in Media también hizo público su rechazo al personaje.

Dentro de las anécdotas, hizo referencia a cuando fue a un supermercado y un bagger la reconoció. “Un muchachito que me estaba guardando la compra de momento me miró, pegó un grito y dijo ‘¡mira, la que le pone los cuernos a su marido!’. Yo me quería morir, porque no todo el mundo me tenía que reconocer… y yo aclaraba ‘de la televisión… de la televisión…’”, añadió entre risas. “Mis hijos se llegaron a acostumbrar”, afirmó

Extraña la radio

La artista, quien también tuvo intervenciones como presentadora en programas como Adelante juventud, Fantástico, Súper sábados y Musicalísimo, formó parte del taller dramático de radio WIPR 940 AM desde 1995 hasta el año pasado.

“De momento ya no está funcionando el taller dramático. Está temporeramente detenido desde finales de octubre (de 2021) porque la Junta de Control Fiscal congeló los fondos”, lamentó. De la experiencia, resalta la oportunidad para realizar una diversidad de papeles.

“Hacíamos cosas maravillosas y lo que me gustaba mucho de la radio y me sigue gustando, es que no te limita, no hay imagen. Puedes cambiar la voz. He hecho personajes de niña, de 15 años. Igual, he hecho cosas de abuelita”, detalló, y señaló la dificultad para contar con más oportunidades en la actuación.

“Cada vez hay menos talleres para la clase actoral y mucho menos para los viejos. A medida que uno envejece, por supuesto, menos oportunidades de trabajo”, reflexionó. “No hay tantos papeles para gente de edad (avanzada). Cuando ves una telenovela de cualquier país, ¿cuántas abuelas puede haber en una novela? Una, o dos. Hay más oportunidades para la juventud, y es lógico. Es una especie de relevo generacional que ha ocurrido en todos los tiempos”.

El año pasado formó parte del vídeo musical del tema Pica más, de la presentadora Alexandra Fuentes. “Ella me había llamado ya para trabajar con ella en teatro, con Charytín (Goyco) en (la comedia teatral) Hijas de su madre, y me convocó para ese video. Nos divertimos mucho”.

Adora su rol de abuela

La actriz confiesa cuánto disfruta el amor de sus seis nietos: Alex, José Rafael, Clara y Miriam Raquel, a quien apodan “Nina” (hijos de Alejandro) y Michael Gabriel y Juan Alejandro (de Mara).

“Es la bendición más grande que me ha dado Dios. Mis nietos son una cosa maravillosa. Soy tan afortunada”, enfatizó ilusionada. “Alex es como mi ángel guardián”, manifestó. “Se preocupa, y si yo tengo que ir una cita médica, o si necesito ir acompañada, él es quien me acompaña, el que me lleva, el que me trae, el que me soluciona, si se daña algo del carro”, añadió.

“Nina vive en Indiana, que la veo una o dos veces al año, y es un tesoro”, dijo, sin dejar de resaltar su amor por “Clarita” y José Rafael. Los hijos de Mara, procreados con José Ángel Llamas, quien como su esposa, hace más de una década se retiró de la actuación para dedicarse a su conversión espiritual, residen en Florida. “Lógicamente no hemos tenido un contacto tan grande como con los que viven aquí”, confesó, y añadió con orgullo cuánto disfruta interactuar con ellos en cada oportunidad de visitarlos.