Madrid.- La familia de Federico García Lorca no se opondrá a la apertura de una fosa común donde se cree yacen sus restos luego que partidarios de Franco presuntamente lo ejecutaron a comienzos de la Guerra Civil, lo que podría disipar el misterio de su paradero.

"No lo impediremos", dijo la sobrina del poeta y dramaturgo, Laura García Lorca, según El País. "Aunque nos gustaría que no se hiciera, respetamos los deseos de las otras partes implicadas".

Ningún representante de la Fundación Federico García Lorca estuvo disponible de inmediato, pero el centro dijo que emitiría un comunicado durante el día.

La semana pasada, parientes de otros dos hombres que se creen fueron enterrados en la misma fosa pidieron al juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón que ordene la apertura de la tumba. La solicitud es parte de un creciente movimiento nacional para dar sepultura adecuada a miles de personas que se sabe fueron asesinadas por simpatizantes del extinto dictador, general Francisco Franco, y enterradas en fosas comunes.

Pero la familia de García Lorca ha preferido dejar el asunto en paz, con lo que uno de los misterios más fascinantes de la guerra de 1936-39, el paradero del escritor, se mantiene sin resolver.

Las investigaciones indican que el poeta, quien era abiertamente homosexual, fue muerto a tiros junto con el maestro de escuela Dioscoro Galindo González y dos activistas del sindicato, Francisco Galadi y Juan Arcolla, el 18 de agosto de 1936, cerca del barranco de una montaña en Víznar, en su provincia natal de Granada, en el sur de España.

Se cree que los restos de los cuatro yacen cerca de un olivo que desde entonces es un parque en memoria de víctimas locales. Otros argumentan que descansan a unos 400 metros del lugar.

Se cree que miles de personas fueron ejecutadas y sepultadas en el barranco.

En un intento por crear una lista fiable de víctimas, Garzón le pidió este mes a líderes de la Iglasia, alcaldes y otras autoridades cualquier información que tengan sobre víctimas de las fuerzas de Franco desde el momento de su levantamiento militar en julio de 1936.

La rebelión provocó una guerra civil contra el gobierno republicano izquierdista, elegido democráticamente, y fue seguida de una dictadura de 36 años.

Franco decretó que cualquiera que se opusiera a él enfrentaría la ejecución, y muchas de sus víctimas fueron civiles. Lorca estuvo entre los que desaparecieron sin dejar rastros.

No existe registro oficial de muchas personas que murieron en manos de las fuerzas de Franco durante y después de la guerra. El historiador británico Paul Preston, un experto en la Guerra Civil española, dice que 55,000 personas fueron asesinadas por las fuerzas republicanas y su paradero se conoció fehacientemente después.

Si Garzón descubre que hubo una campaña sistemática para asesinar a opositores republicanos más allá de la guerra, podría ordenar una investigación.

De muchas maneras el caso de García Lorca simboliza los intentos de España por lidiar con su doloroso pasado, con muchos que se oponen, especialmente grupos conservadores, a abrir viejas heridas.

La sobrina del poeta dijo que la familia no quería abrir la tumba por varias razones.

"Por un lado, la realidad de no saber exactamente dónde está", dijo, según El País. "Pero hay más. En el barranco hay entre 1,000 y 3,000 muertos. ¿Qué pasa con el resto? Una exhumación parcial desvirtuará el cementerio real donde yacen tantas víctimas de la misma represión".

"Nos preocupa que una exhumación parcial marque diferencia entre unos y otros", añadió. "Ahora todos descansan en un cementerio común, todos han sido víctimas del mismo salvaje y cruel asesinato".

Manifestó que abrir la tumba no ofrecería ninguna nueva pieza vital de información sobre la muerte de su tío.

García Lorca, quien tenía 38 años al momento de su muerte, es considerado uno de los autores más populares del mundo. Su obra lidia con temas universales como el amor, la muerte, la pasión, la crueldad y la injusticia.

El año pasado, el gobierno socialista de España aprobó un proyecto de ley para denunciar formalmente al régimen de Franco por primera vez y realizar enmiendas simbólicas a las víctimas de la guerra y la dictadura subsiguiente.