La tarde de un domingo no era cualquier tarde para el salsero de la mata. Podían pasar cosas extraordinarias; unas positivas, otras no tanto.

La agitación del día era desatada por los T-Danzantes, bailables que empezaban a la 1:00 de la tarde y se acababan cerca de las 7:00 de la noche, en algún salón que permitiera disfrutar el banquete musical a los cocolos más pequeños y a los más aventajados en años de experiencia.

Johnny Seguí, de 85 años de edad, los describe desde un ojo adolescente que trabajaba como sonidista cuando el menú musical ofrecido constaba de danzas. “Tenía la fiebre de tocar el tres y podía hacerlo porque no se formaban tantos revoluses; por lo regular, no había gente bebiendo o en peleas”.

Willie Torres, de 78, revive con estos bailables una tradición puertorriqueña que le despierta su amor por su patria en un ambiente fraterno, donde hay espacio para escoger la pareja de baile, saludar al pana y conversar un rato, sin que bailar deje de ser la prioridad.

Joe Quijano, de 71, y Paquito Guzmán, de 67, añoran esta práctica porque implica la apertura de plazas para los músicos y cantantes de salsa, pero no pueden evitar pensar en que los traficantes de discos pirateados hacen su agosto.

Por esas razones, estos experimentados salseros han decidido que su reunión en tarima, la primera desde hace 50 años, cuando grabaron el disco “La pachanga se baila así”, sea un T-Danzante.

“Esto no va a suceder en 50 años más. En ese momento, haremos los T-Danzantes en el cielo. Dicen que allá, ya tienen los pósters con los anuncios de uno que tienen preparado con Tito Puente. Yo estoy loco por ir a verlo”, dice un jocoso Joe Quijano.

Junto con los otros tres cantantes, el Conjunto Cachana de Joe, Los Dandies de Johnny Seguí y la orquesta Palladium Memories, se llevará a cabo un baile este domingo en el salón de actividades de la Unión de Trabajadores Portuarios (ILA), en la avenida Kennedy, en San Juan. La velada contará, además, con la comedia de Otilio Warrington “Bizcocho” y Shorty Castro.

El evento, que Joe Quijano califica de “apoteósico”, significa para estos salseros un momento único que el público no se puede perder porque, en tiempos de la piratería y el reguetón, la única forma de conservar los gratos momentos de la salsa es en la memoria a través de la recuperación de tradiciones como los T-Danzantes, basadas en reuniones continuas.

“Grabar un disco en estos días cuesta de $25,000 a $35,000. Lo sacas al mercado un viernes y el domingo por la tarde, todo el mundo bailando mientras el pirata está guisando. Es más importante tener este tipo de presentaciones. Ésas son las que el coleccionista debe tener en su memoria”, describe Joe Quijano con el aval de Willie Torres y Johnny Seguí.

“Es trabajo para nosotros. Yo que vengo de Nueva York, llego domingo por la mañana y ya por la tarde puedo estar cantando feliz. ¡Que revivan los T-Danzantes!”, agrega Paquito Guzmán.

Ansiosos, los cuatro amigos aprovechan la reunión para ponerse al día en sus andares. La mención de recuerdos personales, plenos de travesuras y complicidades, le sugiere a este diario que sale sobrando, no sin antes mencionar que, para conseguir boletos –a $20 si se obtienen por adelantado–, hay que llamar al (787) 449-2002 o al (787) 725-1105.