Ricardo Montaner no es un artista sólo de la puerta de su hogar hacia afuera. Aunque así lo jure su esposa Marlene, la realidad es que, además de ser “muy papá y muy esposo”, es también el payaso de la casa.

“Ricardo es muy artista, pero de la casa para afuera. Dentro de la casa es papá y esposo, si está de viaje sigue siendo papá y llama cada dos minutos para preguntar qué pasó con el examen de Mauricio y el baile de Eva Luna y ellos no se sienten que su papá viaja y no se entera de lo que pasa. Además, escribe correos y mensajes de texto cada cinco minutos, entonces estamos todos muy pegados siempre”, narra Marlene, quien lleva casada 18 años con el artista.

Como fiel testigo de Marlene está la camiseta en algodón que usa su famoso marido, y que lee: “D.A.D.” (Dedicated and Devoted). Y, claro, sus hijos Ricky (17), Mauricio (14) y Eva Luna (9). Los niños, además de celebrar lo buen padre que es el intérprete, destacan su gran sentido del humor.

“Todo es divertido de papi”, dice Eva Luna, en el único instante en que lució tímida.

Cuando dejó de sentir la presión de las miradas sobre ella, rió recordando cómo papá les pide que se vistan porque van a cenar “afuera” y cuando todos están listos, los dirige al patio.

“Admiro todo de él, su manera de tratarnos a nosotros como papá. También soy su fan número uno, es mi cantante favorito y me siento super orgulloso al verlo cantar y en la casa me siento muy orgulloso de la manera en que nos trata a nosotros y a mi mamá”, comparte Ricky.

La familia Montaner viaja junta cada vez que es posible, aunque ésto represente todo un proyecto. El vocalista venezolano, que se encuentra en la Isla con motivo de una serie de conciertos en San Juan, detalla que siempre deja las giras extensas para el verano, para así llevarse a los niños sin la preocupación de la pérdida de clases.

“Gracias a Dios, en nuestra familia no hay inestabilidad por varios motivos: primeramente porque el centro de nuestra familia es Dios, no es Ricardo, entonces, aún cuando Ricardo es la cabeza de la familia, es Cristo en donde fomentamos los valores”, asegura.

Ricardo, mientras, no para de lanzar comentarios jocosos entre cada respuesta ofrecida por alguno de los integrantes de su familia. Ésto, hasta que escuchó una vez más a sus hijos decir que todos aspiran a ser cantantes.

No se enteró en ese momento. Incluso, sus hijos mayores Alejandro y Héctor ya se lanzaron al ruedo musical, más trabaja en un proyecto de Ricky y Mauricio para lanzarlos como dúo rockero bilingüe, pero esto no minimiza sus temores respecto a las carreras seleccionadas por sus retoños.

“Los padres, cuando queremos proteger a nuestros hijos, precisamente pensamos en las cosas no tan bonitas que tiene esta carrera. Pero cuando tú tienes vocación para una carrera como ésta, esas cosas no tan bonitas son superables con la vocación, con el amor a la carrera”, cuenta para después recordar el día en que Alejandro y Héctor le dijeron que querían ser cantantes.

“A mí no me hizo mucha gracia, te lo digo muy como papá... porque has tratado de protegerlo toda tu vida y que ciertos peligros no tenga que pasar por ellos, que ciertos riesgos no los agarre y cuando me dijeron que iban a ser artistas entré en pánico”, añade, adjudicando su temor a la piratería que ha devastado mercado musical.

Junto a juan luis guerra

Y como asegura que vocación tiene de más, no titubeó al momento de juntarse con el dominicano Juan Luis Guerra en un concierto al que han invitado a otras grandes figuras.

Recuerda que se encontraba en un avión y a Marlene le correspondió sentarse junto al merenguero. Cuando llegaron a su destino, ya se había concretado la posibilidad de juntarse en un evento multitudinario.

“Es una iniciativa que surgió del amor. Dios se encarga de organizarnos los itinerarios de vuelos y ponernos a coincidir... cuando nos bajamos del avión me dijo: ‘Estoy listo, ya cuadramos con Marlene, hay que buscar fecha en diciembre’”, rememora. Se espera que sea en la ciudad de Miami y se invitarían a artistas como Juanes, Luis Fosni, Alejandro Sanz, Ricky Martin y “todo el que se quiera sumar”.

Lo recaudado se dividiría en la Fundación Juan Luis Guerra y 4.40 y la de Ricardo Montaner, llamada La ventana de los cielos, dirigida a niños con síndrome de Down y víctimas de perlesía cerebral.