La directora de cine Elizabeth Marre comparte su alegría con Puerto Rico y con Francia por su nominación a un Oscar porque siente que proviene de ambos territorios.

Ella nació en París donde su madre puertorriqueña, Annette de Mauret Marre, conoció a su padre francés, Jean Marre. Esta dualidad cultural la mantiene cerca de dos mundos tan distintos.

Elizabeth Marre y su esposo Olivier Pont están nominados al Oscar por su cortometraje Manon sur le bitume (Manon on the Asphalt), que se presentó en el festival de cortometrajes Cinefiesta de Puerto Rico. El proyecto cinematográfico compite por un Oscar con Auf der Strecke (On the Line), New Boy, The Pig y Spielzeugland (Toyland).

“Fue una sorpresa, aunque ya nuestro film había ganado en el Toronto Worldwide Short Film Festival. Eso nos permitía someterlo al comité de los Oscar. Pero cuando nos enteramos por las noticias, nos sentimos muy contentos”, reaccionó la cineasta en entrevista telefónica con Primera Hora desde París.

En Manon on the Asphalt, una mujer repasará su vida ante su cercanía a la muerte. “Después de un accidente en bicicleta, su mente se va a ir al pasado y al futuro. Aunque pareciera que tiene un tono triste, quisimos hablar más de la vida en vez de la muerte. Trata de las cosas que deberíamos aprovechar”, explicó la realizadora, de 40 años de edad, quien está escribiendo junto a su pareja un filme que le gustaría rodar en Puerto Rico.

Manon on the Asphalt es el segundo cortometraje del matrimonio. El primero fue La petite flamme, y significó la oportunidad de contar sus propias historias.

Marre estudió leyes, pero logró unirse al medio cinematográfico en calidad de asistente de director hasta que decidió que sus relatos cobraran vida en la pantalla.

“Me interesó poder contar. El hablar a través de las imágenes”, comentó la admiradora del director mexicano Alejandro González Iñárritu y del cine argentino.

Aunque hace seis años no pisa suelo boricua, en su niñez y adolescencia viajaba con regularidad a la Isla. Dijo que, si tuviera que establecer una diferencia entre ambos países, en Puerto Rico la gente es más expresiva, a diferencia de los franceses.

“He crecido pensando que soy más de Puerto Rico, pero ahora adulta me siento bien francesa, porque tengo mi vida y mis amistades aquí. Pero, me encanta formar parte de ambas culturas y para mí es un orgullo que se me considere como puertorriqueña”, expresó la cineasta.