Hay gente que todavía se ríe cuando habla sobre su faceta de abuelo cariñoso o sobre su incursión en el mundo de la literatura para niños y niñas. Muchos piensan que se trata de uno de sus tantos chistes.

Puede ser difícil imaginarse a Emmanuel “Sunshine” Logroño, que se ha dedicado por tres décadas a hacer reír a los adultos, sentándose a leerles cuentos a pequeños y derritiéndose ante las ocurrencias de su nieto, Alek Poyato, de cinco años de edad. Pero hay que recordar que Sunshine no es “Padrastro Pepe”, ése es sólo uno de sus tantos personajes.

“Es que hay mucha gente que piensa que uno no es un ser humano (risas). Hay un proceso, sé que en una época fui bastante rebelde y estuve activo políticamente, ahora lo estoy pero de otra manera, pero nada, uno va madurando y va atemperándose”, manifiesta.

En este tiempo de “maduración”, el productor se estrenó como escritor de cuentos infantiles con el lanzamiento de su primer libro “El coquí que quiso ser sapo” (Santillana), un texto narrado con humor que toca los temas de identidad, amistad y respeto hacia las diferencias.

Esta faceta como escritor la despertó su nieto Alek, hijo de Joanne Tucci, hija de su compañera Gilda Santini.

“Mi abuelo, el primer libro que hizo me lo dio a mí, el primer libro. Me lo dio a mí porque yo soy su hijo. El primer libro me lo dio a mí y después se lo enseñó a todo el mundo”, repite el pequeño Alek, para luego seguir jugando en el parque “Luis Muñoz Rivera”, donde se realizó la entrevista.

El comediante asegura que decidió redactar una historia para los más pequeños, luego de percatarse de los pocos libros en español para este público.

“Fue un atrevimiento de mi parte. Le he leído cuentos a Alek y ésa más o menos fue mi referencia al escribir, pero me tiré de pecho, sin red abajo, a ver qué pasaba”, narra.

El actor agrega con cierto sarcasmo que el texto también está dirigido a los adultos, pues opina que cada vez más carecen de destrezas de comunicación.

“Evidentemente, como va el país, los adultos no nos estamos entendiendo; con todos los problemas políticos, las demandas, todo eso... no hay comunicación y todo el mundo está tirando para su lado. Entonces, decidí que tenía que bajar, porque aquí hay mucho coquí que quiere ser sapo”, destaca, utilizando a los personajes de su cuento.

El artista opina que las veces que ha ido a leerles el cuento a los niños y niñas lo atrapan los nervios. Y es que asegura que el público infantil es sumamente exigente y expresivo, el cual te puede adorar u odiar, no hay términos medios.

“Puedo hacer stand up, animación para adultos, pero son los niños los que van a ver por dónde yo fallo, qué dije mal, si doy risa... pero pasé la primera prueba y me gustó”, añade refiriéndose a las veces que se ha sentado a narrar su texto a los más pequeños, quienes le han manifestado sus “críticas” del cuento.

Alek ya le ha dejado saber su interpretación del cuento a su abuelo y aclara, para que no haya dudas, que él es coquí, y no sapo. Este pequeño de sonrisa traviesa y contagiosa, trae arrebatado al actor puertorriqueño desde que nació.

“Lo bueno de ser abuelo es que hago lo que me da la gana y no me importa”.

¿Porque estás libre de responsabilidades?

–No, la tengo porque estoy pendiente de él. Pero si me dicen que no le compre dulces en la farmacia, se los compro. A veces me regañan, pero mira mi cara de preocupación.

¿Cómo es Alek?

–Es un niño que no le tiene miedo a nada. De las primeras veces que yo lo llevé a ‘Club Sunshine’ y vi que él me cogió el micrófono y salió frente al público y dio las buenas noches, me dije, “mi madre, este niño no le tiene miedo a nada”.

Alek señala que “Dada”, como le llama de cariño al actor, tiene cosas en común con él, como es “hacer libros”.

“Yo busco qué escribir y él escribe”, comunica el pequeño en aparente referencia al trabajo en equipo. El niño manifiesta que su abuelo es “bueno” y que sólo lo regaña cuando hace maldades.

“A veces hago travesura, pero a veces en la escuela te regañan por nada”, aclara. Alek, quien debutó en la televisión como el “Niño Fabio”, cuando tenía tres años, sigue dando sus pasitos en la actuación. Recientemente participó en la película “Ángel” de Jacobo Morales. Pero Sunshine no lo presiona, sino que deja que juegue y que cuando sea mayor decida su futuro.

“No sé, quizás ahora le guste y cuando crezca se pasme y no quiera hacer nada. Yo no lo obligo a trabajar en las cosas, es todo si él quiere”, expresa el actor, quien ya comenzó a escribir lo que será su segundo cuento infantil “La casa fea en la calle donde vivía”, sobre un hogar misterioso.