Tranquilo Gilberto Santa Rosa

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 17 años.
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La relación del cantante Gilberto Santa Rosa con su fenecida madre, Ana María Cortés Rodríguez, era tan estrecha, tan especial, tan única, que ni su progenitor puede explicar.
Contó Gilberto Santa Rosa, padre, que durante una de las crisis de salud que sufrió quien fue su esposa por 50 años, ella no reaccionaba. Un grupo de cerca de cinco médicos hizo lo posible por que la además madre de Diana y Lilly despertara, pero no fue hasta que “El Caballero de la Salsa” llegó al hospital y le habló, que ella reaccionó.
“Era loca con su hijo, porque era la aspirina que le quitaba el dolor”, comentó el viudo, quien aprovechó la oportunidad para resaltar la calidad humana de su único varón. “Si creen que es buen cantante, es mucho mejor como hijo”, destacó.
Mientras don Gilberto hacía tales expresiones, el salsero recibía a familiares y amigos músicos en el vestíbulo de la Funeraria Ehret, en Río Piedras. Hasta allí llegaron su mejor amigo Chucho Avellanet, su ahijado musical Víctor Manuelle, los ejecutivos del sello discográfico Sony-BMG, Eddie Pérez y Tuti Bou, la actriz Linnette Torres, el actor Miguel Ángel Álvarez, el integrante de El Conjunto Quisqueya Javish Victoria y el trompetista Humberto Ramírez, entre otros.
A todos Gilbertito los recibió tranquilo, conversador, apoyado de cerca por su compañera Alexandra Malagón. Su ex esposa, Nélida Acevedo, estuvo presente junto con los hijos de ambos, Gilberto Joel, Omar y Miredys. También asistió Javier, hijo del cantante, producto de otra relación.
Las entradas a la capilla estaban vigiladas por seguridad privada para evitar la toma de fotografías o vídeo. En el interior, se observó el cuerpo de Ana María descansando en un ataúd adornado con una hermosa corona de rosas fucsia, escoltado por múltiples imágenes de momentos felices vividos con su familia. En dos de éstas, aparecía bailando con su esposo de toda la vida, una recién casados, y la otra, unos 40 años después. Pero, siempre riendo, y es que el buen humor es una de las cualidades que ahora recuerdan de esta madre.
Sus nietos Gilberto Joel y Omar admiraron cómo aun en su gravedad, Ana María mantenía una alegría contagiosa. “Mi abuela siempre fue una buena persona, y nosotros tuvimos la oportunidad de demostrarle mucho cariño”, afirmó Omar.
La voz de “Vino tinto” prefirió no hacer declaraciones a la prensa más allá de las expresadas previamente por escrito.
“Es un momento muy difícil para toda nuestra familia. Mi madre era el centro de nuestro hogar. De ella recibimos los consejos más sabios. Ella fue vital en mi formación como padre, artista, y ser humano”, declaró quien heredó de su progenitora la admiración por la música de Tito Rodríguez. “Doy gracias a Dios porque me concedió la oportunidad de disfrutarla hasta su último momento”, agregó.
Ana María falleció el lunes, en el Hospital Pavía en Santurce, a la edad de 70 años. Aunque no se especificó la causa de su muerte, trascendió que hacía un tiempo batallaba con su salud. El sepelio se llevará a cabo hoy en el cementerio Borinquen Memorial en Caguas.