Una vida sin escrúpulos

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 17 años.
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La cafrería es más que una manera de actuar; es una manera de ser. Por ejemplo, a algunos cafres, según se emplea este vocablo en Puerto Rico, les gusta gritar, reaccionan violentamente cuando se les pide algo. Pero, ¿qué hay detrás de esa actitud jaquetona? Probablemente, un deseo de progreso no cumplido.
Matices como éstos constituyen la trama de “Orfanato de cafres”, película puertorriqueña del colectivo 9 A 5 Cine Crew en etapa de posproducción.
“Siempre se habla de ser cafre como una manera de vestir, como un adjetivo. Eso es pasivizar la verdadera problemática de la persona cafre, que son sus limitaciones sociales, las situaciones que lo llevan a desprenderse de cualquier tipo de consideración por el otro con tal de mejorar su condición”, apunta William Rosario, guionista, director y uno de los productores de este filme independiente.
La cinta pretende abordar los conflictos derivados de esa actitud ante la vida, específicamente en el marco de una familia encabezada por un hombre dispuesto a enriquecerse convirtiéndose en propietario de una iglesia protestante.
Se trata de “Noel”, “una persona que no tiene escrúpulos, que se vende como el mejor hombre del mundo, que no tiene los valores que profesa; y en ese aspecto es que radica su cafritud”, explica José Félix Gómez, intérprete de este rol.
“Noel” es un predicador con actitud pasiva hasta que le toca criticar algún estilo de vida no aprobado por sus creencias. Al hacerlo, es como si regañara a gritos, lo que mantiene felices a sus “cafres” feligreses.
Ante esta descripción, se podría anticipar erróneamente que la cafrería queda patente, entonces, en la conducta verbal o visual de los personajes. Y, tradicionalmente, las producciones que usan ese recurso tienden a destacar los elementos risibles.
“Pero esto no es una comedia, sino una tragicomedia. No queremos asociar la cafrería con la chabacanería, más bien intentamos presentarla como la gran contradicción de la meta del ascenso social, un concepto de hipocresía”, aclara William Rosario.
Ese objetivo de producción involucra dificultades como la que se le presentó a Anamín Santiago al interpretar a la hija de “Noel”, “Ángela”.
Ella metaforiza otra cafrería, la que se exterioriza siendo maniática de la limpieza, estando pendiente de tener la casa “bonita, hospitalaria, inofensiva”; pero también la que defiende una sociedad “en la que acostarte con el novio de tu hermana es una opción de vivir bien, siempre y cuando no rompas ese mundo rosadito”, detalla Anamín.
En su caso, el reto fue hacer constar la cafrería en los gritos espontáneos de alguien “que no suele gritar”. La actriz cuenta que logró ese efecto luego de estudiar detenidamente el libreto.
“Es la parte sutil del asunto. En el fondo te comportas como la gente que no tiene crianza. Sin embargo, aparentas que tienes esa crianza en las cosas externas, en cómo recibes a la gente en tu casa (por ejemplo). Entonces, una persona que no es de fiar termina convirtiéndose en una persona que inspira confianza”, añade la también productora teatral.
“Orfanato de cafres” aborda hitos similares en los papeles de Amneris Morales, Belange Rodríguez, Junior Álvarez, César Paredes, Carlos Alberto López, Alejandro Amorós y Alfredo Rivas.
El equipo de la película aún busca auspiciadores para la distribución de ésta. Consiga más detalles en Facebook o Youtube bajo la clave de búsqueda “9 A 5”. También puede comunicarse con los productores Charlaine Delgado al (787) 358-2700, o Kemel Jamis al (787) 632-4335.